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Peleas, derrotas y traiciones: los primeros 60 días de Milei, entre la tensión total y un rediseño de su Gobierno

POLÍTICA 13/02/2024 Sofía Rojas*
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A tan solo sesenta días de la asunción, el presidente Javier Milei debió enfrentar cambios en el Gabinete, tropezones en el Congreso que derivaron en enfrentamientos con la oposición, incluso la dialoguista, y rispideces al interior de su propia tropa.

A pesar del calor y los días de verano, los desafíos abundan, pero el Gobierno se niega a torcer el rumbo mientras trabaja en la renovación de la gestión.

La vuelta a comisión y la posterior retirada por parte del Ejecutivo de la Ley de Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos, mejor conocida como "ley ómnibus" fue de los primeros grandes retrocesos que golpeó las voluntades de la administración que no da lugar a la autocrítica e insiste con las mismas recetas, pero con nuevos aliados.

"Milei apuesta a un cambio de época, va por todo", sintetizan desde La Libertad Avanza (LLA) al tiempo que negocian con "los halcones" del PRO en un nuevo "rediseño político" del Gobierno.

Pelea con provincias, negociados con el PRO y anhelo futuro

Fue el propio Milei, quien desde su viaje a Israel apuntó contra los gobernadores y legisladores a los que calificó como "delincuentes", y los acusó de haber faltado a la palabra en el recinto.

Lo cierto es que a pesar de los desenlaces y el quiebre en las negociaciones con los distintos actores del Congreso, en Casa Rosada no ven errores en la labor parlamentaria oficialista y apuntan todos los cañones a "la traición" de un sector de la oposición dialoguista.

Bajo la amenaza del llamado a una consulta popular para exponer "a los responsables de la catástrofe", en Balcarce 50 culpan a los mandatarios provinciales por la caída de la megaley, y en consecuencia, redujeron en un 98% las transferencias discrecionales, eliminaron el congelamiento de tarifas en materia de transporte y el Fondo Compensador del Interior.

Sin importar el traspié en el Congreso y aún con la reforma laboral contemplada en el DNU suspendida por la Justicia, el mandatario afirma que cumplirá con su promesa de alcanzar el ordenamiento de cuentas. La idea es "maximizar" al Poder Ejecutivo, por lo que están en estudio distintas herramientas constitucionales para que las medidas puedan aplicarse de igual manera.

En paralelo, desde las altas esferas libertarias avanzan en negociaciones con el ala dura del PRO, excluyendo a "las palomas", para construir un "nuevo rediseño político" que le permita al oficialismo ocupar cargos que aún están vacantes o con funcionarios del kirchnerismo que, consideran, "hablan contra el Gobierno e intentan destruirlo desde adentro".

A futuro, Milei sueña con una nueva conformación de las cámaras con mayorías propias y cree que las elecciones legislativas del 2025 le darán un Congreso "más limpio y más honrado" para pasar las reformas.

"Los traidores afuera" y la eterna salida de Ferraro

La lista de nombres que resonó a ser eyectados de sus puestos fue extensa e incluyó a referentes de la talla de Guillermo Francos, ministro del Interior, y de Martín Menem, titular de la Cámara de Diputados, pero en el Gobierno destacan su labor en la negociación por la ley y aseguran que "hicieron lo que pudieron" ante una oposición que faltó a su palabra.

A pesar de la benevolencia con cierto sector del oficialismo, el mandatario posó su mirada en funcionarios que responden a gobernadores peronistas: el titular de ANSES, Osvaldo Giordano, al que considera "un traidor" luego de que su esposa, la diputada del PJ córdobes Alejandra Torres rechazara la ley ómnibus, y la secretaria de Minería, Flavia Royón, "heredada" del gobierno de Alberto Fernández.

Tanto el dirigido por Juan Schiaretti como la protegida por el gobernador de Salta, Gustavo Sanz, fueron despedidos durante la tarde del pasado viernes. La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, intentó -en vano- convencer al mandatario de mantener a Giordano en el cargo, pero la decisión estaba tomada. En una situación similar están Daniel Tillard (Banco Nación), Franco Mogetta (Transporte) y Luis Giovine (Obras Públicas), quienes se sumaron a la administración producto de una fugaz alianza con el exgobernador de Córdoba, pero que aún conservan sus puestos. "Somos gente rara y paciente", confesó a este medio una fuente de la administración libertaria develando el corto futuro de los cordobeses.

"Los traidores afuera", en LLA apuestan por "funcionarios comprometidos con la modernización, simplificación y desburocratización del Estado", lo que abre una gran ventana para incorporar dirigentes del PRO con simpatía por Milei.

Enero fue un mes complejo en cuanto a las altas y bajas en el Gabinete. A contramano de las declaraciones públicas que desmentían internas, fue Guillermo Ferraro, el empresario al frente de la cartera de infraestructura, el primero en abandonar el barco.

Removido de su cargo el 25 de enero, la administración intentó hacerlo pasar como una "renuncia por motivos personales", pero tal y como reveló este medio de fuentes de Casa Rosada, su salida respondió la tensión pujante en las cúpulas "para ver quién tiene más poder", y amparados en la supuesta filtración de un mensaje de Milei a sus colaboradores sobre el desfinanciamiento a las provincias, lo invitaron a dejar el cargo.

A pedido del Poder Ejecutivo, Ferraro pidió licencia desde finales de enero hasta el 29 de febrero, con la intención de evitar un sustituto interino para el cargo, previo a que la cartera sea reabsorbida por el Ministerio de Economía. Tras las especulaciones, el exministro decidió anticiparse y presentó su dimisión el viernes por la tarde noche.

Cambios de fichas y modificaciones en los organigramas de gestión

La Secretaría de Prensa y Comunicación se transformó en el área más caliente de la gestión. Tras la renuncia de Eduardo Roust y la salida de Belén Stettler por "disconformidades del mandatario", fue Eduardo Serenellini quien se quedó con el cargo.

Los primeros movimientos del periodista de La Nación, a la cabeza reuniones políticas que escapaban a su área despertaron reticencia en el entorno mileista y fue la propia Karina Milei, secretaria General de la Presidencia, la que tomó la decisión de vaciar su estructura.

De esta forma, el Presidente distribuyó entre el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y la Secretaría General, estructuras y funciones que se encontraban bajo la órbita del Secretario de Prensa y Comunicación. "Si tuviese honor renunciaría", precisaron sobre el acotado rol de Serenellini, a tan solo 60 días de gestión.

 

 

* Para www.iprofesional.com

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