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Cómo saber si tienes un problema con el sudor o si lo tuyo es normal

Transpirar más de la cuenta, aparte de destrozarte la ropa, puede causarte problemas de autoestima. Pero tiene remedio, no tires la toalla.

SALUD - BELLEZA 02/09/2018 Heretz Nivel
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Si cada año temes que llegue el verano, coger el metro a las ocho de la mañana o tener una cita a ciegas porque sudas la gota gorda, que sepas que todo esto entra dentro de lo esperable. Transpirar no le gusta a nadie, pero, créenos, no hacerlo es todavía peor, porque este es el mecanismo que tiene nuestro cuerpo para termorregularse.

Dicho esto, si no te has movido de sofá y el aire acondicionado está a pleno rendimiento, pero tienes la camiseta empapada y no hay forma de controlarlo, es para preocuparse. Posiblemente sufras hiperhidrosis, una disfunción provocada por la hiperactividad de las glándulas sudoríparas. ¿Sus causas? Como explica José María Ricart, director médico del Instituto Médico Ricart, recientes estudios demuestran que la predisposición genética es una de las más evidentes. “Sin embargo, factores emocionales, como el estrés o la ansiedad, pueden agravar el exceso de sudoración y llegar a causar ansiedad a quien la padece”, señala.

¿Crees que sufres esta patología? Chequea las pistas que nos da el experto para identificar este problema:

1. Si sudas considerablemente más que la mayoría de personas y tienes, como mínimo, un episodio de sudoración excesiva por semana.

2. Si los antitranspirantes no funcionan contigo.

3. Si el sudor en la palma de las manos te impide desarrollar una actividad normal o si la transpiración de los pies humedece o llega a mojar los calcetines.

 
La doctora Elena Jiménez, especialista en cirugía plástica, reparadora y medicina estética, apunta dos más: “Si limitas tu forma de vestir y te ves obligada a usar ropa negra y ancha; y si el sudor interfiere en tus relaciones sociales y/o laborales y afecta a tu autoestima”.

¿Has confirmado tus peores sospechas? Entonces el siguiente paso es pedir cita en el dermatólogo para que te haga un diagnóstico y te paute el tratamiento más adecuado, porque existe solución, no desesperes. De hecho, hay distintas técnicas para tratar la hiperhidrosis, como la iontoforesis (que utiliza corrientes eléctricas), los fármacos, la cirugía... Una de las más efectivas es el tratamiento con inyecciones de toxina botulínica. “Este sistema actúa bloqueando las señales nerviosas que regulan la producción de sudor por las glándulas sudoríparas. Es fácil de aplicar, se realiza de forma ambulatoria en 20-30 minutos y los efectos duran alrededor de siete meses”, apunta la doctora Jiménez. Pasado ese tiempo solo hay que repetirlo para olvidarse de la hiperhidrosis.

El médico Ricart destaca, para las axilas, el tratamiento con Miradry, aprobado por la FDA (la agencia estadounidense que regula fármacos y técnicas médicas): “Elimina de forma permanente el sudor y el olor. A través de microondas electromagnéticas y sin intervención quirúrgica destruye de forma controlada las glándulas sudoríparas que los provocan. El efecto es inmediato, así como la incorporación a la vida normal. Y el resultado, definitivo”.

Así que no tienes por qué seguir sufriendo en silencio; es hora de que levantes los brazos sin miedo a los cercos en la camiseta y estreches las manos como si estuvieras en una recepción real.

Con información de www.mujerhoy.com

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