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Otra rendición del conquistador Javier Milei

POLÍTICA 26/05/2024 Agencia 24 Noticias Agencia 24 Noticias
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"¡Mí honra está en juego y de aquí no me muevo!", vociferaba Rodrigo Díaz de Carreras antes de rendirse y huir de los pueblos de "ignorantes" y "atrasados" que había prometido conquistar en el mundo nuevo que se había propuesto dominar. Este sábado, bajo el sol de mayo en la contrarrevolucionaria Córdoba libertaria, Javier Milei, el extranjero de la política que venía a conquistar las tierras de la casta, volvió a capitular.

Como el malogrado adelantado español que protagoniza la cantata de Johann Sebastian Masteopiero, el compositor salido de las mentes brillantes de Les Luthiers, que trajina las pampas sacando pecho y perdiendo batalla tras batalla y negociación tras negociación con quienes imaginaba papita pa'l loro, Milei viene enlazando una cadena de fracasos políticos que no le impiden, sin embargo, seguir nutriendo una narrativa que ubica a su gobierno en un sendero glorioso de victorias épicas.
 
Las mil rendiciones de Javier Milei
La ley ómnibus y el Pacto de Mayo son un combo que ha servido solo para mostrar la impericia -justamente, política- de un gobierno que ha hecho un culto de la improvisación y las contramarchas

La primera vez que Milei gritó que su honra estaba en juego y de allí no se movería fue en enero, con la primera versión del megaproyecto de ley que envió al Congreso con la advertencia de que no estaba dispuesto a negociar nada, ni una coma, con el nido de ratas.
Negoció y consiguió la aprobación de la iniciativa en general en la Cámara de Diputados, pero se la toquetearon tanto en las paritarias para la votación en particular que, "antes de sacar una ley mala", prefirió retirarla del Congreso. "Mi honra está en juego...". Ya corría febrero y el pescaso estaba sin vender.
El 1 de marzo volvió a sacar pecho: en un mensaje diseñado para el prime time de la televisión, enfrentó al pleno de la casta reunida en la Asamblea Legislativa y la convocó a firmar la paz en un Pacto de Mayo precocido que estaba llamado a ser un hito en la historia grande de la Nación. Eso sí, avisó: sin ley ómnibus, no hay pacto. "Mi honra está en juego...".

El Gobierno tenía dos meses y 25 días para ganar, un tiempo prudencial para diseñar y ejecutar una estrategia mejor. Para eso, cedió fuerte ante la casta: ratas, encogí el proyecto, anunció y mandó un texto XS, las Bases mínimas, las herramientas que otro Rodrigo, el radical cordobés De Loredo, juró que la UCR le daría para que pudiera llevar adelante el programa de reformas que el Soberano había elegido y a él lo tenía muy entusiasmado.

Los dos meses y 25 días se fueron en un abrir y cerrar de ojos y el pescado siguió en el mostrador de la casta de liliputienses que lo envidian porque él está en otra liga, como le dijo a Joni Viale a su regreso de la España de los zurdos.

El Pacto se firma igual, con la ciudadanía, la única que lo entiende, anunció el Gobierno. "Mi honra está en juego...".

Este sábado, en Córdoba, no hubo pacto y Milei volvió a rendirse. “El 1 de marzo ofrecimos a todos, sin distinciones ni revanchismos ni mezquindades, sentarnos en una mesa. Estoy aquí, bajo el sol de mayo, para reiterar la convocatoria e invitarlos a todos a que tomemos conciencia”, reculó en cadena nacional. “Vamos a seguir trabajando para que el acuerdo de mayo sea una realidad", anunció. Si será, no será en mayo.

Un tic tac cada vez más fuerte
Suele decir el Presidente que su pacto es con la ciudadanía, esa a la que le pidió que aguante el ajuste y hace un "esfuerzo heroico" para que haya luz al final del túnel. Las encuestas, por ahora, muestran que la hinchada sigue alentando. La calle, en cambio, muestra otra foto: ni para el Panic Show del Luna Park ni para la celebración patria en la Córdoba del 75% reunió a los centenares de miles de personas que el 23 de abril salieron a repudiar el torniquete presupuestario que les aplicó a las universidades ni la marea verde que el 8 de marzo venció por primera vez el protocolo antipiquetes de Patricia Bullrich con el hiperajuste como eje central de la protesta.

¿Cuánto más aguantará la hinchada?

En Letra P, Marcelo Falak, el periodista que viene analizando con mayor lujo de detalles y lucidez el fenómeno ultraderechista nacional desde las primeras manifestaciones antivacunas y antiaislamiento registradas en el amanecer de la pandemia, está advirtiendo que el reloj de la impaciencia social empezó a acelerarse y ha marcado los límites económicos del modelo Milei. En la edición de este domingo de La quinta pata, su columna semanal, se ocupará del corset político de la era libertaria.

En el perfil del Presidente que esta semana fue tapa de la revista Time -una portada celebrada por el Gobierno y por el propio Milei por el impacto de su imagen posteada en Twitter más que por su contenido-, la autora, Vera Bergenguren, advirtió: “Es posible que a Milei se le esté acabando el tiempo antes de que su apoyo popular se desmorone”.

En la mañana de este sábado, en La Plata, bajo el sol gélido de mayo, el autor de esta nota escuchó la siguiente conversación que se daba en una mesa de café:

Hombre 1: -Éste es un loquito, pero hace lo que hay que hacer para que el país salga adelante.

Hombre 2: -Sí, había que cortar la fiesta, pero la gente se está cayendo. Nosotros, en la empresa, no estamos vendiendo nada.

Hombre 1: -Hay que esperar a octubre.

Un par de horas después, el enviado de C5N a Córdoba le preguntó por qué estaba ahí a una mujer que se había acercado al Cabildo a expresar su apoyo al Presidente. "Le tengo confianza y me da esperanza", contestó y pidió darle tiempo al Gobierno para que se cristalicen las mejoras que viene prometiendo.

-¿Cuánto tiempo le da usted?- quiso precisiones Lautaro Maislin, el cronista.

-Seis meses- estableció la mujer.

Maldito segundo semestre.

CON INFORMACION DE LETRAP.

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