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Eduardo Fidanza: "Un programa prepotente lleva a conflictos severos"

POLÍTICA 07/06/2023 Agencia de Noticias del Interior
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Eduardo Fidanza, reconocido analista político, opinó sobre la situación de implosión que se generó en Juntos por el Cambio y, sobre todo, en el PRO. “Tenés que ir a una negociación, porque si querés llevarte puesta toda esa configuración de la Argentina, vas a un conflicto muy severo”, declaró en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).

Cuando escribiste tu columna en Perfil aún no había estallado. A 48 horas, ¿cómo ves esta implosión?

El problema de Juntos por el Cambio es que los principales competidores, que pertenecen al PRO, tomaron caminos que son, en el plano personal, pero en el plano de la estrategia política y pensando en cómo gobernar a partir del 10 de diciembre, estrategias distintas. Y sostengo que tienen que ver qué hacer con el peronismo y con la Argentina corporativa.

Esto siguió de una manera muy confusa. Uno se pregunta si esta incorporación de Juan Schiaretti y una ampliación, de la cual se venía hablando, era en este momento o llegó un poco tarde, sobre todo por la reacción rápida y dura de la parte de la coalición que está en Córdoba y que resuelve un día después del cierre de listas su candidatura a gobernador.

Creo que se complicó y es una cuestión de construcción política, eso es lo que veo en este momento.

El día lunes entrevistamos a Jaime Durán Barba, y él decía que con el discurso que tiene hoy Macri, no hubiese ganado ni la Ciudad de Buenos Aires. Vos planteás que hay millones de argentinos que nunca aceptarán ni a Cristina ni al neoliberalismo, y Jaime dice que el neoliberalismo de Macri fue escondido para que ganara.

Creyendo que ganaron la elección empiezan a evidenciar una doctrina económica que, como vos decís, un montón de argentinos no aceptan...

Coincido con Jaime plenamente. Además, él fue arquitecto, junto con Marcos Peña, de esa propuesta.

El problema, que yo creo que Macri no entiende, es la configuración de la cultura política argentina, que históricamente ha sido de centro hacia una izquierda democrática y progresista, así como uno puede decir que la chilena es del centro hacia la derecha.

Cuando la cultura política es del centro hacia la izquierda, obliga a la derecha ir al centro, para que un político, cuyo sentimiento es la derecha, el ajuste fiscal, el equilibrio de las cuentas por sobre otras variables, lo que posibilitó llegar a Macri es construir una propuesta modernizadora.

Me parece un logro del PRO y del él, pero dentro de lo que los parámetros de lo que la cultura política argentina puede asimilar.

El problema, es que el actual protagonismo de Macri, que además, según nuestros sondeos, tiene más del 55% de imagen negativa, se basa en el supuesto de que a él lo hicieron equivocar y que por eso fracasó.

Lo que Macri pretende podrá ser un discurso o un planteo, pero que no tiene asidero en este momento en el ánimo de los votantes.

Acá hay un punto y es que Patricia Bullrich tomó ese discurso y se está volviendo complicado. Ayer dio un reportaje donde habló de bimonetarismo y empezó a entrar en una serie de vericuetos, donde el propio Domingo Cavallo advierte en su blog que sacar el cepo de golpe y hablar antes de tiempo de una dolarización, eventualmente puede llevar a una hiperinflación.

Y dice que advierte que es un proceso de, por lo menos, un año para, tal vez, llegar a aplicar un programa de esas características.

Uno se pregunta si no son pulsiones y arrebatos que tienen que ver con la campaña electoral.

El ala dura del PRO entra en una competencia con Javier Milei, donde cada vez se van planteando programas más inciertos e inconsistentes. Lo está advirtiendo Cavallo y muchos economistas liberales, que ven venir este supuesto programa apresurado, que nos podría llevar a la hiperinflación. Estamos en una situación compleja.

Hay dos teorías fundamentalmente. Una es que JxC pierde votantes por pelearse entre ellos y a la sociedad o a sus votantes les disgusta el conflicto.

Y la otra es que el problema es que una parte de la sociedad no acepta recetas económicas ultra ortodoxas, y que Juntos, por el efecto de Milei y creyendo que ya ganó empezó a evidenciar lo que ocultaba en 2015. Como vos decís, llevó adelante una política económica a lo Thatcher.

Esa es la pretensión, pero acá no estamos en la Inglaterra de los ochenta o noventa.

Y vuelvo sobre esa tradición política y cultural. Si reducimos a su esencia la filosofía de Milei, plantea una sociedad que no esté regulada y orientada por el Estado, sino por el sistema de precios, en un esquema de individualismo extremo, donde todo es competencia, y eso va en contra de tradiciones no solo políticas sino culturales.

Entonces, yo sostengo que el lema de la democracia francesa fundadora es "libertad, igualdad, fraternidad", pero si extraemos la libertad como el valor predominante y no ponemos la fraternidad, la gente empieza a sentir que le están arrebatando una cultura y una forma de pensar.

Por eso, el país se tiene que modernizar y la macroeconomía tiene que ser reformada, porque no se puede vivir con ciento y pico de inflación. Tampoco se puede, probablemente, seguir con un gasto público que es el 40% del PBI pero, en tal caso, ese será un proceso. Y no se puede plantear en términos de shock o gradualismo.

El problema es que, tal como está configurada la Argentina, política y corporativa, tenés que ir a una negociación. Un programa prepotente lleva a conflictos severos, y eso se va a expresar en las calles. Hay que evitarlo con un programa más sensato y una negociación.

El problema, que yo llamé el drama de los moderados, es cómo formulás eso en un discurso de campaña que plantea la sensatez, cuando el promedio del electorado parece querer una actitud beligerante, quiere esa actitud pero no neoliberalismo, lo cual es difícil de resolver.

Siempre citás a una especie de pater seraphicus de todo sociólogo, que es Weber, y yo a Keynes, que dice que toda persona que toma decisiones lo hace a los 60 años y dejó de estudiar a los 25 y es prisionera de las ideas de un economista difunto.

En el fondo, ¿puede ser que lo que esté pasando en el ala dura de Juntos por el Cambio es que se quedaron con las ideas que funcionaron en los 90 y la tendencia mundial hoy va en contra del neoliberalismo que era la receta en ese momento?

Es probable. La Argentina porque es un país remoto en el mundo, y te diría exótico. Le llegan las olas mundiales, digamos, desactualizadas.

Yo soy un ciclista aficionado y, cuando elegís una bicicleta, te tenés que fijar el tipo de cambios. Hay gamas y, cuando las más bajas llegan acá, ya no se usan en el mundo.

A nosotros nos venden berretas y, a veces, hay una tendencia a aplicar acá las gamas más bajas de la política, cuando en el mundo ya no se utilizan. Eso tiene que ver con que la Argentina, en muchos sentidos, se ha quedado apeada del mundo, y ahí hay que hacer un esfuerzo de sintonía con las discusiones que se están dando.

Y en esto sí no son muy distintas a debates que continúan y que tienen que ver con las mediaciones y los equilibrios entre el Estado y el mercado. En los ochenta y noventa, el thatcherismo significó o  quiso plantear la utopía de que el capitalismo privado iba a doblegar el Estado, se demostró que eso no es factible.

Se demuestra incluso en las crisis: el mundo ha salido de las grandes crisis con intervenciones muy fuertes de los estados. Entonces, esto no se puede ocultar, excepto que estemos aplicando las gamas más bajas del pensamiento económico.

 

 

Con información de www.perfil.com

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