Quebec es una joya que transporta a sus visitantes a la Europa del pasado. Perteneció a Francia desde 1532 hasta 1763 y su estética actual mantiene esa esencia. Por eso, pueden verse catedrales imponentes y edificios del siglo XVII mientras uno transita por las bellísimas calles de adoquines. Además, en invierno se lleva a cabo el Carnaval de Quebec, que atrae a grandes multitudes.
Entre toda la arquitectura de la ciudad, el imponente Hotel Château Frontenac, construido en el siglo XIX, es sin dudas el edificio más emblemático. No hace falta reservar una habitación para poder visitarlo por dentro. No obstante, les recomendamos ir a algunos de los miradores de la zona para poder verlo desde fuera y apreciar su magnífico exterior.
Fuente: yomeanimo.com