



Por Carlos Zimerman
Es fundamental entender el contexto histórico y político que rodea la firma del Memorándum de Entendimiento con Irán, en el que Omar Perotti fue uno de los legisladores que "calladito" y sin objeciones lo votó. Este acuerdo, que se firmó en 2013 durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, buscaba establecer un marco de cooperación en la investigación de los atentados terroristas que habían golpeado a Argentina en la década de los 90, especialmente el ataque a la AMIA en 1994, que dejó 85 muertos.
El Memorándum fue criticado por numerosos sectores, quienes argumentaron que, de hecho, representaba una claudicación ante un país que había sido señalado como responsable absoluto de esos atentados, los peores, los más graves sufridos por nuestro país en toda su historia. Para muchos, la firma de este acuerdo simbolizó una traición a las víctimas y sus familias, que aún hoy siguen exigiendo justicia. Este trasfondo hace que la complicidad de legisladores como Perotti sea vista con desdén por ciertos grupos que creen que priorizaron la lealtad política sobre la integridad nacional.
En el ámbito legislativo, Perotti y sus colegas peronistas enfrentaron el reproche de diversos sectores de la sociedad que aún hoy considera que este pacto no solo perjudica los intereses de Argentina, sino que también abríar la puerta a la impunidad de los responsables de los atentados. La firma del Memorándum fue parte de una estrategia más amplia del gobierno kirchnerista que buscaba redefinir alianzas internacionales y responder a la presión interna sobre el manejo de la justicia en relación a los atentados.
Hoy en día, Perotti busca proyectar una imagen de moderación y diálogo. Sin embargo, su pasado como firmante del Memorándum con Irán sigue siendo un punto controversial que lo marcó para siempre. Las críticas hacia su figura resuenan en el discurso político actual, donde muchos lo señalan como símbolo de una etapa marcada por la falta de transparencia y el ocultamiento de verdades incómodas. Para algunos, este intento de distanciarse de su pasado político resulta superficial, dado que los ecos de sus decisiones son difíciles de borrar y continúan influyendo en su credibilidad.
Así, es importante recordar que la política no se trata solo de decisiones actuales, sino que está profundamente marcada por el legado histórico de los actores que la han conformado. En el caso de Omar Perotti, su firma en el pacto con Irán constituye un capítulo que muchos ciudadanos no están dispuestos a olvidar, y que plantea preguntas fundamentales sobre la lealtad, la responsabilidad y el papel de los funcionarios en la búsqueda de justicia y verdad para las víctimas de la violencia en la historia reciente y seguramente más trágica de la Argentina.








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