Ferreres pone en duda el Presupuesto 2026 y advierte sobre los límites del plan económico

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • Ferreres considera poco realistas las metas de inflación, dólar y crecimiento del Presupuesto 2026.
  • El economista estima un tipo de cambio cercano a $1.750 para diciembre del próximo año.
  • El esquema de bandas cambiarias fue definido como transitorio y de escasa relevancia práctica.
  • El riesgo país se mantiene alto por dudas sobre la capacidad de pago de los vencimientos.
  • El superávit fiscal es visto como una condición indispensable, aunque con costos sociales.
  • La falta de Presupuesto por tercer año consecutivo sería una mala señal para los mercados.

Las proyecciones macroeconómicas incluidas en el Presupuesto 2026 volvieron a quedar bajo la lupa tras las advertencias de Orlando J. Ferreres, uno de los economistas de referencia del establishment local. Con una mirada crítica pero sin estridencias, el titular de OJF & Asociados consideró que varios de los supuestos oficiales “son difíciles de cumplir” y planteó dudas tanto sobre la evolución del tipo de cambio como sobre la capacidad del Gobierno para enfrentar los vencimientos de deuda previstos para el próximo año.

Según el exviceministro de Economía durante la presidencia de Carlos Menem, el cuadro macro que plantea el proyecto presupuestario resulta demasiado optimista. La inflación prevista en torno al 10%, un dólar prácticamente alineado con los valores actuales y un crecimiento del PBI del 5% no coinciden, a su entender, con las estimaciones que manejan las consultoras privadas ni con el pulso real de la economía. En su escenario, la suba de precios difícilmente baje del rango del 15% al 20% y el tipo de cambio podría ubicarse cerca de los 1.750 pesos hacia diciembre de 2026, bastante por encima de los 1.400 que figuran en el texto oficial.

Ferreres también puso el foco en el esquema de bandas cambiarias impulsado por el Gobierno. Lo definió como un instrumento transitorio y de escasa relevancia para la política cambiaria, debido a la amplia distancia entre los límites superior e inferior. En ese marco, advirtió que la actualización de las bandas y la decisión del Banco Central de aumentar sus compras en el mercado podrían ejercer presión adicional sobre el dólar, aun cuando el oficialismo confíe en absorber esa demanda sin impacto inflacionario significativo.

Uno de los puntos más sensibles de su análisis se vinculó con el riesgo país, que se mantiene por encima de los 500 puntos. Para Ferreres, ese umbral refleja una desconfianza persistente de los mercados respecto de la capacidad del Estado para conseguir los fondos necesarios para afrontar un calendario de vencimientos exigente en 2026. No se trata, aclaró, de una situación comparable a la de los países vecinos, que acceden al financiamiento externo con mayor facilidad y costos sensiblemente menores.

En contraste, destacó el dinamismo del financiamiento privado a través de obligaciones negociables, con empresas que logran endeudarse en dólares a tasas del 7% u 8%. Ese canal, señaló, podría transformarse en una vía relevante para sostener inversiones productivas, aunque por ahora no alcanza para compensar la falta de acceso pleno del Estado argentino a los mercados internacionales.

En cuanto a la inflación, Ferreres sostuvo que el principal ancla sigue siendo la actividad económica. A menor demanda, menor presión sobre los precios, siempre y cuando se mantenga el control del gasto público. En ese sentido, valoró el compromiso del Gobierno con el superávit primario y financiero, al que calificó como irrenunciable, aunque reconoció que el ajuste abre interrogantes sobre cómo sostener áreas sensibles como la salud y la educación sin deteriorar salarios ni servicios.

El economista también planteó la necesidad de avanzar en una reforma impositiva integral. Apuntó contra impuestos que considera distorsivos, como los derechos de exportación, el impuesto al cheque y los Ingresos Brutos provinciales, a los que describió como gravámenes en cascada que encarecen los precios finales. Para Ferreres, la clave pasa por reducir gastos en los distintos niveles del Estado y generar competencia fiscal entre provincias y municipios.

Respecto del escenario político, advirtió que la falta de un Presupuesto aprobado por tercer año consecutivo sería una señal negativa para los mercados. Si bien reconoció que el Gobierno enfrenta tensiones en el Congreso, consideró excesivo sostener la gestión sin una ley de gastos y recursos, y deslizó que será necesario aceptar concesiones para garantizar gobernabilidad.

Finalmente, al hacer un balance del rumbo económico reciente, Ferreres destacó los avances en materia de orden fiscal y desaceleración inflacionaria, aunque subrayó que persisten problemas estructurales no resueltos. Observó, además, un cambio de tono en el presidente Javier Milei, al que notó más cauto y pragmático en sus intervenciones públicas, un rasgo que, a su juicio, puede facilitar acuerdos políticos y mejorar la percepción de los mercados.

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