Los servicios públicos presionan el bolsillo y ya consumen más de la mitad del salario mínimo

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • La canasta de servicios públicos del AMBA aumentó 5,7% en diciembre
  • Un hogar necesitó $183.410 para cubrir electricidad, gas, agua y transporte
  • El gasto en servicios ya equivale a más de la mitad del salario mínimo
  • Las tarifas crecieron por encima de la inflación mensual estimada
  • En todo 2025, la canasta de servicios subió 31%, en línea con el IPC
  • El peso de los servicios redefine la estructura del gasto de los hogares

El cierre del año volvió a poner en primer plano el peso de las tarifas en la economía doméstica. En diciembre, la canasta de servicios públicos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) registró un aumento del 5,7%, muy por encima de la inflación de noviembre y de las estimaciones privadas para el último mes del año. Como resultado, un hogar promedio necesitó $183.410 para cubrir los gastos de electricidad, gas, agua y transporte, un monto que consolida a los servicios como uno de los principales factores de presión sobre los ingresos.

El salto mensual estuvo impulsado por una combinación de incrementos tarifarios generalizados y un mayor consumo eléctrico, típico de los meses de altas temperaturas. La suba no solo superó el 2,5% de inflación registrada en noviembre, sino también el 2,1% que el mercado proyectaba para diciembre, lo que refleja que los servicios públicos continúan ajustándose a un ritmo más acelerado que el promedio de los precios de la economía.

Según el informe del Observatorio de Tarifas y Subsidios del IIEP (UBA–CONICET), el gasto en servicios ya equivale a más de la mitad de un salario mínimo y representa el 11,1% de una remuneración promedio del sector privado registrado. Esta relación pone de relieve el impacto distributivo del esquema tarifario, especialmente en un contexto donde los salarios vienen mostrando una recuperación dispar y aún limitada frente al costo de vida.

La electricidad fue uno de los rubros más dinámicos en el mes, traccionada por el aumento del consumo ante las temperaturas elevadas, a lo que se sumaron los ajustes en los cuadros tarifarios. El gas y el agua también aportaron a la suba, mientras que el transporte continuó reflejando la política de recomposición de tarifas aplicada a lo largo del año. En conjunto, el comportamiento de estos servicios explica por qué la canasta tuvo un incremento muy superior al del índice general de precios.

En la mirada anual, el informe señala que la canasta de servicios públicos acumuló una suba del 31% en 2025. El dato resulta relevante porque se ubica prácticamente en línea con la inflación esperada para el año, que según el último Relevamiento de Expectativas del Mercado ronda el 30,4%. A diferencia de años anteriores, cuando las tarifas crecían muy por debajo o muy por encima del IPC, en 2025 se observa una convergencia entre ambos indicadores.

Sin embargo, que el aumento anual de los servicios acompañe a la inflación no implica necesariamente un alivio para los hogares. El punto de partida es un nivel de tarifas que, tras sucesivos ajustes, ya representa una carga significativa sobre los ingresos. En particular, para los sectores de menores recursos, el peso relativo de los servicios públicos es mayor, lo que reduce el margen disponible para otros consumos esenciales.

El informe también permite dimensionar un cambio estructural en la composición del gasto familiar. Los servicios públicos, que durante años estuvieron contenidos por subsidios generalizados, recuperaron protagonismo en el presupuesto mensual. Esta dinámica plantea desafíos tanto para la política económica como para la política social, en especial en lo referido a la focalización de subsidios y a la protección de los sectores más vulnerables.

De cara a 2026, el comportamiento de las tarifas seguirá siendo una variable clave. La continuidad del proceso de actualización, el impacto de la estacionalidad y la evolución de los salarios definirán si el peso de los servicios se estabiliza o vuelve a incrementarse. Por ahora, los números de diciembre confirman que el cierre del año encontró a los hogares del AMBA destinando una porción cada vez mayor de sus ingresos a cubrir gastos básicos, en un escenario donde la inflación cede, pero las tarifas siguen marcando el pulso del bolsillo.

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