El navegante portugués descubre, el 1 de noviembre de 1520, el paso que conecta a los océanos Atlántico y Pacifico en el extremo sur de América. Por encargo de la corona española, parte de Sevilla al mando de una expedición de cuatro buques el 10 de agosto de 1519. Luego de tres meses de navegación avistan un tormentoso canal al que denominan "De todos los santos". Estaban ante lo que luego sería denominado Estrecho de Magallanes, un peligroso paso interoceánico buscado desde el descubrimiento de América en 1492. Las mareas y marejadas hicieron que el cruce fuera una odisea. Ya en el Pacifico, la expedición sufre de graves pérdidas a causa del hambre y las enfermedades. Magallanes muere semanas después y tres naves naufragan. En julio de 1522 llega a Sevilla la nave Victoria, la única que logra sobrevivir de la flota original. A bordo viajan 18 tripulantes al mando de Juan Sebastián Elcano; son los sobrevivientes de una expedición que había comenzado con 234 hombres. Aquellos marineros harapientos son los primeros que logran circunvalar el mundo.