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El G-20 llamó a reformar el comercio global, pero no condenó el proteccionismo

La de Buenos Aires es la primera cumbre de líderes del grupo que no rechaza las trabas al comercio. Se llamó a analizar cambios en la OMC. El Gobierno, satisfecho dado el contexto.

02/12/2018 Heretz Nivel
MAURICIO MACRI

Buenos Aires rompió la racha. La cumbre de líderes del G-20 que cerró ayer logró algo que no era obvio: un acuerdo. Es que los encuentros previos que había reunido a presidentes este año, el G-7 y el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, habían cerrado sin una declaración final. Y los líderes del G-20 ayer sí lo hicieron. Por ejemplo se comprometieron a revisar el sistema multilateral de comercio, concretamente, “una necesaria forma de la Organización Mundial del Comercio”.

La declaración reflejó sin embargo diferencias entre los miembros. En cuestiones como el comercio mismo o incluso el cambio climático. El documento final se apega a la línea crítica de la Casa Blanca en ambas cuestiones, a saber:

- la de Buenos Aires es la primera declaración en la historia del G-20 con este formato (reunión de líderes en vez de ministros de Economía), que no rechaza el proteccionismo.

- en un párrafo aparte, EE.UU. reiteró su posición de rechazo al Acuerdo de París por el cambio climático.

El Presidente Mauricio Macri y Washington se refirieron ayer a las diferencias. “Estados Unidos no acepta ese etiquetado”, dijo el argentino al ser consultado sobre la ausencia de la palabra “proteccionismo” en el texto final de la cumbre. Fue en una conferencia de prensa que brindó ayer por la tarde. Washington, por su parte, afirmó que el G-20 adoptó un comunicado por consenso que “apoya mucho de los grandes objetivos de Estados Unidos". Dijo además que por primera vez en la historia, el grupo reconoce que la OMC no alcanza sus metas y es necesaria una reforma.

Las cinco páginas del documento se cerraron diez minutos antes de que terminara la cumbre de líderes. Eso fue a las 13.30. Antes, los deputies y sherpas habían trabajado durante toda la noche del viernes-sábado, mientras los mandatarios presenciaban la gala del Teatro Colón, en los detalles de párrafos y bloques. De hecho, las reuniones se extendieron hasta las 6 de la mañana de ayer. “Fue un contexto global difícil”, reconoció un integrante del equipo argentino que participó de esas negociaciones. “Macri estuvo muy involucrado”.

Funcionarios argentinos y de otros países coincidieron que el clima de trabajo en Buenos Aires fue de colaboración para concretar el acuerdo. Macri se mostró satisfecho en la conferencia de prensa. “En otras reuniones no se alcanzó este nivel de coordinación y coincidencia, con lo cual para nosotros es realmente muy importante”, dijo.

Además de la reforma de la OMC y la ratificación del Acuerdo de París, el acuerdo menciona los temas que la presidencia argentina en la Cumbre había impulsado (el futuro del trabajo y la creación de un activo estándar para financiar proyectos de infraestructura). También señala que los gobiernos deben compartir esfuerzos para enfrentar crisis humanitarias.

Pero la economía es lo que manda en la agenda del G-20. De hecho, nació hace veinte años como una reunión de ministros de Economía para atender las crisis financieras. Hoy es un encuentro entre presidentes que incluye temas que excluyen lo estrictamente financiero. Sobre esto último, los mandatarios se comprometieron a revisar el sistema de cuotas de los miembros del FMI para 2019, las condicionalidades de los programas del organismo y los límites de deuda de los países.

El documento preservó el uso del sistema multilateral para comerciar y ponderó los beneficios del comercio internacional. “Es una fuente importante de crecimiento, productividad, innovación, empleo, creación y desarrollo”. Sin embargo, señaló sus límites. “En la actualidad, este sistema es insuficiente y hay espacio para mejorarlo. Apoyamos la reforma necesario de la OMC”, cerró el escrito.

“Es un paso adelante que se rescate el rol de la OMC”, piensa el economista Martín Redrado, miembro del Tribunal de Solución de Controversias de esa organización. “El camino que se abre ahora será largo”. Para Redrado, la OMC necesita un lavado de cara para tratar conflictos sobre intercambios comerciales que no se habían previsto cuando nació en 1995 como el comercio electrónico, de servicios y cyberseguridad. Macri señaló además ayer que el problema de la OMC es que no soluciona en tiempo y forma conflictos. “Tiene una gran demanda: el desafío de modernizarse, eliminar trabas burocráticas y tener mecanismos más simples de resolución de conflictos”.

El jueves el embajador de China en Ecuador, Wang Yulin, manifestó que “China apoya las reformas necesarias en la OMC” y que estas deben persistir en los valores de la “no discriminación apertura”. Las diferencias EE.UU.-China vienen a partir de la incorporación de Pekín a la OMC en 2001. Desde entonces registró fuertes superávits en el intercambio con Washington ayudados por un tipo de cambio muy favorable de Pekín. “El comunicado salió y es positivo -opinó Daniel Kerner, de Eurasia Group desde Washington-, pero aún estamos como empezamos. No se incluyó lo del proteccionismo”.

 

 

Con información de www.clarin.com sobre una nota de Ezequiel Burgo

 

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