Las cúpulas institucionales del agro y la industria santafesina arrimaron los tantos y patearon a la tribuna aquella disputa campo vs fierros. En la semana almorzaron las autoridades de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) y de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe) y se pusieron de acuerdo en un punto: concentrar en un interés conjunto el lobby de la agenda santafesina en Buenos Aires.
Aprovechando el recambio legislativo y en la gobernación que se viene en breve, y bajo la premisa de la actual conducción de la Bolsa de lavarle la cara a la institución de las gestiones anteriores, se armó este primer contacto de dos horas en el restaurante del subsuelo del centenario edificio del cual participó el presidente de la BCR, Miguel Simioni, y de Fisfe, Javier Martín, quien asumió hace tres meses.
“Se trazó una agenda conjunta para poder transmitir las inquietudes a las autoridades políticas, en el marco del año electoral”, explicó protocolarmente la institución en una gacetilla. Pasado en limpio, no quieren que los diputados y senadores nacionales lleguen al Congreso y terminen cooptados por la agenda nacional.
“Muchos terminan comidos por los intereses de los porteños”, explicó alguien que estuvo en la reunión. Por eso los puentes, por eso juntar fuerza, y por eso la idea de reunirse a partir del lunes posterior a las PASO con los candidatos y llevarle una propuesta para comprometerlos antes de que el o la elegida entre en funciones.
El plan es que la Casa de Santa Fe, ubicada por 25 de Mayo a una cuadra de la Casa Rosada, sea una plataforma para poder tener poder de fuego e imponer los intereses productivos santafesinos y que no sólo sea un lugar de reunión con fines culturales y turismo. Biodiesel, obras nacionales, mercados agropecuarios, subsidios, etc, entran en el apunte sobre todo cuando los gobiernos nacionales implementan medidas en contra de la producción santafesina, como ocurrió por ejemplo con la carne o se debatió la ley de biocombustibles.
La Bolsa no tiene peso en Buenos Aires, aunque sí algunos de sus socios. En la selva porteña tallan la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y la poderosa Cámara de la Industria Aceitera y el Centro Exportador de Cereales (CIARA-CEC), es decir, las agroexportadoras que se vinculan con la institución local, pero tienen su propio juego.
Quedará en los candidatos qué empuje le dan a esa propuesta que tendría al sector privado trabajando intereses provinciales a través de un canal del gobierno santafesino. Qué vínculo tendrán con los legisladores, que son los que realmente representan al pueblo santafesino, es una pregunta para apuntar. Hay una cuestión política a tener en cuenta: muchos de esos intereses pueden chocar con los del gobernador en funciones o se pueden mezclar intereses partidarios.
Son todos apuntes de una idea que deberá diseñarse con fineza para que no quede solo en buenas intenciones y luego borrado del mapa. Aún no se terminó el diseño. Por ejemplo, no se definió si tendrá un representante en común instalado en Buenos Aires, ni siquiera qué estructura tendrá. Todo está por verse, pero el sector privado del agro y la industria se adelantaron para que luego no los duerman.
Con informacion de Letra P.