Tras la euforia electoral, la economía enfrenta la realidad de las reservas negativas

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • Argentina enfrenta esta semana un pago de 822 millones de dólares al FMI, en medio de reservas netas negativas por casi 11.000 millones.
  • El país está fuera de las metas pactadas con el Fondo, con un desvío estimado en 6.600 millones de dólares respecto al objetivo de acumulación de reservas.
  • Economistas advierten que la falta de divisas sigue siendo el principal desafío estructural del Gobierno.
  • Las reservas brutas alcanzan los 40.765 millones, pero las netas, según la metodología del FMI, son negativas.
  • El Tesoro analiza reforzar la emisión de Bontes y fomentar colocaciones de deuda en dólares para recomponer reservas.
  • Si se contiene la formación de activos externos, el tipo de cambio podría mantenerse estable hasta fin de año.

La victoria del oficialismo en las elecciones legislativas generó un clima de euforia en los mercados financieros, con subas récord en acciones y bonos. Sin embargo, detrás de la euforia inicial, los fundamentos de la economía argentina continúan mostrando señales de vulnerabilidad. El país enfrenta esta semana un pago de 822 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional (FMI), en un contexto de reservas netas negativas que rondan los 11.000 millones de dólares.

El desembolso, correspondiente a intereses vencidos el 1° de noviembre, se trasladó al primer día hábil del mes, coincidiendo con otros compromisos de deuda. Durante noviembre, Argentina deberá afrontar además pagos por 411 millones de dólares a otros organismos internacionales y unos 29 millones a diversos acreedores. Estos vencimientos reavivan las dudas sobre la sostenibilidad financiera del Gobierno, que se encuentra fuera de las metas pactadas con el Fondo en junio, en particular respecto a la acumulación de reservas internacionales.

De acuerdo con estimaciones privadas, el desvío respecto de los objetivos reformulados en el último acuerdo con el FMI alcanzaría los 6.600 millones de dólares. “El programa arrancó en u$s -11.654 millones y estamos en u$s -10.170 millones. Hay que recordar que en diciembre deberíamos estar en u$s -3.500 millones, ya con el programa reformulado, porque si no hubiéramos tenido que ir a cero”, explicó Martín Polo, economista de Cohen Soluciones Financieras, en una charla con inversores.

El talón de Aquiles: las reservas internacionales

El diagnóstico de Polo coincide con el del economista Fernando Marull, quien calculó que, según la metodología del FMI, las reservas netas se ubican actualmente cerca de los 11.000 millones de dólares negativos. “Hay que pagar u$s 2.000 millones en noviembre. La próxima meta es u$s -3.500 millones. Faltarían u$s 9.500 millones para cumplir con el Fondo. ¿Esto significa una devaluación inminente y que ‘vamos a morir’? No, pero es una variable relevante si queremos seguir siendo amigos del FMI”, advirtió con tono irónico.

Los especialistas coinciden en que el punto más débil de la economía argentina sigue siendo la falta de divisas. Pese a la mejora en los precios de los activos financieros tras las elecciones, la capacidad del Banco Central para recomponer reservas luce limitada. “Hay una tarea pendiente que tiene que hacer el Gobierno en cuanto a la acumulación de reservas, y es lo que todo el consenso económico venía diciendo hasta el sábado a la tarde. No nos olvidemos de dónde veníamos. Hay algo de ‘efecto panqueque’ en el cambio de discurso”, subrayó Polo.

Según la sociedad de bolsa Cohen, las reservas brutas alcanzan los 40.765 millones de dólares, impulsadas por los desembolsos del FMI y otras operaciones puntuales. Sin embargo, si se descuentan los pasivos, las reservas netas reales serían de apenas 4.526 millones positivas bajo una medición tradicional, pero de -10.170 millones si se utiliza el criterio del Fondo.

Opciones limitadas y desafíos a corto plazo

Ante esta situación, los analistas destacan que el Tesoro podría recurrir a la emisión de Bontes —bonos emitidos este año para captar inversión extranjera— con el objetivo de recomprar reservas. En teoría, el plan oficial contemplaba emitir 1.000 millones de dólares mensuales, pero hasta el momento solo se concretaron 1.500 millones en total, muy por debajo de las metas originales.

Además, la balanza comercial comenzaría a mostrar un déficit en los últimos meses del año debido a que los exportadores anticiparon ventas por unos 7.000 millones de dólares antes de las elecciones. Para evitar una presión mayor sobre el tipo de cambio, el economista Polo consideró necesario que empresas y provincias emitan deuda en dólares y que la formación de activos externos —la compra de divisas por parte de privados— se reduzca a no más de 1.000 millones de dólares hasta fin de 2025.

Si ese equilibrio se lograra, el tipo de cambio podría permanecer “encapsulado” hasta fin de año, dando al Gobierno un margen para negociar con el FMI sin mayores sobresaltos. No obstante, la distancia entre la euforia de los mercados y la solidez macroeconómica sigue siendo amplia. Los próximos meses pondrán a prueba la capacidad del Ejecutivo para transformar el optimismo financiero en una recuperación sostenible.

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