


Tras el traspié en Diputados, el Gobierno recompone vínculos con gobernadores y mira al Senado
POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
- El Gobierno busca bajar la tensión tras la caída del Capítulo XI en Diputados.
- Alfredo Cornejo y otros gobernadores quedaron en el centro de los reproches iniciales.
- El radicalismo rechazó las acusaciones y recordó el apoyo de sus diputados.
- La Casa Rosada activó gestiones para asegurar los votos en el Senado.
- Persisten conflictos con Corrientes y un distanciamiento creciente con Provincias Unidas.
- Las tensiones actuales anticipan movimientos y estrategias rumbo a 2027.
El Gobierno nacional decidió dar por concluida la etapa de reproches internos luego del traspié sufrido en la Cámara de Diputados con el Capítulo XI del Presupuesto y avanzar en una estrategia de contención política para evitar que el conflicto escale en el Senado. La derrota dejó expuestas tensiones con gobernadores aliados y reavivó las diferencias dentro de los bloques que, hasta ahora, habían acompañado buena parte de la agenda del presidente Javier Milei.
En las horas posteriores a la sesión, el oficialismo apuntó contra varios mandatarios provinciales. Entre los más cuestionados apareció el mendocino Alfredo Cornejo, a quien desde La Libertad Avanza acusaron de “jactarse” de controlar a un sector del bloque que integran legisladores de la UCR y el PRO. En la misma lista fueron mencionados Rogelio Frigerio y Leandro Zdero. El enojo libertario quedó sintetizado en una frase que circuló con fuerza en los despachos oficiales: “Nos cagaron”.
Sin embargo, con el correr de las horas, el tono comenzó a cambiar. La prioridad pasó a ser recomponer los canales de diálogo y garantizar los votos necesarios para el tratamiento del Presupuesto en el Senado. Desde el entorno de Martín Menem admitieron que habían confiado en que Cornejo tenía ordenado a su bloque y que, en cambio, Pamela Verasay y Nicolás Massot realizaron un “poroteo” fino para impedir la aprobación del Capítulo XI.
Ese apartado concentraba una serie de demandas de aliados parlamentarios: fondos adeudados a la Ciudad de Buenos Aires, modificaciones a la ley de Zonas Frías y recursos para el Poder Judicial. Pero a último momento se sumaron las derogaciones de las leyes de Emergencia en Discapacidad y de Financiamiento Educativo, una maniobra que varios diputados calificaron como “chantaje” y que terminó por dinamitar los acuerdos previos.
Desde el radicalismo mendocino respondieron con datos concretos. Recordaron que los diputados de esa provincia votaron a favor del Presupuesto y de las modificaciones impulsadas por el oficialismo, y aseguraron que habían sido informados por el propio Gobierno de que los apoyos estaban garantizados. La acusación contra Cornejo, además, tocó una fibra sensible: el gobernador había trabajado para mantener la unidad de la UCR, aun aceptando votaciones diferenciadas.
El fin de semana posterior a la sesión fue intenso. Eduardo “Lule” Menem y Diego Santilli se comunicaron con Cornejo para bajar la tensión, agradecer el respaldo de sus legisladores y desmentir versiones internas. En paralelo, convocaron a una reunión por Zoom con los jefes de bloques que representan a los 44 senadores aliados para delinear la estrategia en la Cámara alta. “Los bloques tienen sus propias tensiones sobre cómo vincularse con el Gobierno”, reconoció un senador radical, que también admitió las contradicciones internas sobre el financiamiento educativo.
En el Senado, los radicales advierten que no todos estarán dispuestos a alinearse automáticamente con las demandas de los gobernadores. Muchos miran sus propios territorios y el horizonte de 2027, buscando un equilibrio entre acompañar el ajuste y preservar coherencia política. Esa lógica también atraviesa a otros espacios aliados.
La Casa Rosada mantiene, además, un frente abierto con Corrientes. El entorno de Gustavo Valdés dejó trascender su malestar por promesas incumplidas y por la falta de financiamiento para obras clave, como el puente con Chaco. El voto en contra del diputado Diógenes González al Capítulo XI fue una señal de ese descontento, profundizado por gestos recientes del oficialismo en la política provincial.
Distinto es el escenario con Provincias Unidas. Maximiliano Pullaro endureció su posición y marcó distancia del Ejecutivo nacional. Aunque se define como una “oposición razonable”, su bloque se abstuvo en la votación del Presupuesto y reclama respuestas concretas antes de cualquier acercamiento. “No voy a ceder por una foto”, advirtió el gobernador santafesino.
En este contexto, el Gobierno enfrenta el desafío de recalibrar su estrategia política. La fortaleza presidencial convive con aliados que, atentos a la evolución del plan económico y a la situación productiva de sus provincias, empiezan a pensar en el largo plazo. El traspié en Diputados no solo dejó heridas abiertas, sino que anticipó las tensiones que marcarán la carrera hacia 2027.








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