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Repudiable: Carlos"La Mona" Jiménez a Nicolás Maduro : " te vamos a coger a tu hija"

Circula por WhatsApp un audio con un fragmento de un baile en el que se escucha al cuartetero con una idea muy poco feliz para “ayudar” al pueblo venezolano.

06/06/2017 Ana COHEN
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Un exabrupto es algo insolente, exagerado. Una expresión subida de tono del orden de lo emocional, repentina, irreversible. Pero lo que dijo La Mona en el baile del Sargento Cabral es otra cosa: eso se llama violencia de género.

Y más aún, porque en este caso la violencia invocada contra una persona (la hija, inexistente, del presidente venezolano Nicolás Maduro) está pensada como un medio para aleccionar a un tercero. El ataque tiene la intención de lastimar al otro en la peor versión de su machismo ultrajado: la violación colectiva de su hija.

¿Se les ocurre algo más aberrante? ¿Qué dirá ahora Carlos Jiménez? ¿Que lo sacaron de contexto? ¿Habrá un contexto donde se puede decir algo así?

"Le vamos a coger la hija, y listo", dijo ante la multitud, luego de valorar primero la posibilidad de ir a Venezuela a cortarle -suponemos- la virilidad a Maduro. Pero como le pareció demasiado salvaje, o tal vez insuficiente, dejó la frase a la mitad, la pensó mejor y tiró lo de la hija.

Claro que La Mona puede despotricar contra el gobierno venezolano, solidarizarse con sus invitados y opinar que Maduro es un tirano y se tiene que ir. Pero así no.

No es la intención de estas líneas poner contra las cuerdas al músico más popular de Córdoba. Fue demasiado brutal. Seguramente, si lo medita un minuto, pedirá disculpas y ya no lo va a repetir. Tampoco es reclamar que actúen los fiscales y la censura. Rara vez el hombre se redime con castigos; en todo caso se cuida un poco más.

En cambio, quizá resulte más positivo para todos, incluido para Jiménez, tomar el episodio del baile para entender que la violencia de género anida en la naturalidad de estos pensamientos en voz alta, en el inconsciente colectivo de una cultura ancestral, patriarcal, que salta como solución ante cualquier inconveniente.

El cuerpo de una mujer (de cualquier persona) no está ahí para saldar una cuenta o calmar una bronca. Eso no se hace. Eso no se dice.

Pero antes hay que identificarlo y ponerle nombre: eso se llama violencia de género.

Eso, Mona, muchachos, chicas, eso es lo que no va más.

 

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