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Mauricio Macri en la foto que no está y que aprieta a Gerardo Morales y Horacio Rodríguez Larreta

POLÍTICA 08/03/2023 Agencia De Noticias del Interior
08-PB-UCR

El país no suma soluciones, añade problemas. Crecen, y tan rápido, que asustan. Y no en alguno sino en muchos casos meten miedo. Ahí están Rosario, la droga y la muerte, sin que nadie les dé solución. Todavía no hay respuesta a la pregunta de por qué no lo hacen. Los que tendrían que darla se patean la pelota entre ellos mientras la gente dice: y nosotros ¿a quién se la pateamos? No tienen a quien. 

Otra pregunta que se hace medio mundo es si la oposición podrá ordenar el desorden que hay en su propio espacio. Gran revuelo por la foto mendocina que juntó a Patricia Bullrich y radicales notables con la ausencia notable de Gerardo Morales, jefe formal de todos ellos en la UCR y que estaba ahí, en el hotel, y lo esquivaron olímpicamente.

Recordemos los actores de la foto: el gobernador correntino Valdés, que lidera a la vez otros distritos; el ex gobernador mendocino Cornejo; el bonaerense Manes, el del millón de votos; el cordobés De Loredo, ganador de la interna en su provincia; Carolina Losada, que creció como nadie en Santa Fe, y su pareja, el senador formoseño Naidenoff. Jefes o referentes de los mayores territorios radicales. Y en un extremo, el influyente Emilio Monzó, presidente de Diputados en el gobierno de Macri y que se ha acercado a Bullrich, bien en el medio de la foto, después de haber estado cerca de Larreta.

Mal trago para Larreta y para Morales. En especial para Morales, que se cortó solo para aliarse con Larreta y Lousteau en la carrera de las PASO. Tanta provincia presente en la foto termina siendo un sacudón para el jujeño aunque su partido siempre esté dispuesto a las internas a cara de perro.

“Que se rompa y no se doble el partido radical”, dice el himno y han vuelto a hacerle honor a la consigna. Cumplen también con otra regla, esta vez no escrita: la política es lo que transcurre entre una y otra interna.

¿Qué estaría diciendo, más clara que difusamente, esa foto?: que hay una coincidencia entre Bullrich y las principales figuras del radicalismo. No es un pacto, y tal vez nunca lo sea. Pero sí es un mensaje hacia adentro y hacia afuera de Cambiemos. Un mensaje menos en favor de Bullrich que en contra de Morales, que lanzará su candidatura en una semana.

La foto vacía de apoyos a Morales y le advierte a los entusiasmados Beatles de la otra foto famosa, la de la Abbey Road de cabotaje de nuestra Costa, que Bullrich ha crecido con una elemental técnica de la política: estar y decir cosas claras y fuertes. Tuits, caos por debajo y definiciones muchas veces indefinidas. Mendoza expone lo que las encuestas iban adelantando: que Bullrich se le acercaba sin pausa y sin mucha lentitud a Larreta. A la Bullrich se la subestimaba demasiado. Se creía que no iría a llegar a ningún lado. Ahora le gana a Larreta en unos cuantos distritos. ¿Vuelan más los halcones? ¿O es que el discurso paloma está planteado fuera de tiempo? Ya la novela histórica le hizo decir al emperador Claudio que acertar antes de tiempo también es equivocarse.

Faltan cuatro meses, que en una elección es una eternidad y Bullrich siempre puede desbocarse y volver casilleros atrás. Pero Larreta desorienta a propios y extraños con un discurso centrado en superar la grieta, algo que puede servir para la campaña presidencial pero no para las internas, cuando cada día que pasa al kirchnerismo le crecen los gritos y los problemas. El discurso de Bullrich apunta de lleno a la interna. De todos modos, tanto en el PRO como en Cambiemos ningún candidato mide más que la marca. Y eso garantiza la unidad.

Macri no está en la foto (y no porque se estuviera sacando la otra, con Messi y el Dibu Martínez) pero en realidad estuvo: ayudó de hecho en el armado llamando a varios de los protagonistas, como Valdés y De Loredo. La definición de quiénes serán los candidatos de la Ciudad es clave: Macri encabeza la resistencia contra la inclusión de Lousteau en la lista del PRO, como prefiere Larreta. Las dos cosas que necesita Larreta, acordar con Macri y a la vez con los radicales, no son aliadas entre sí. Está en un problema. Y debe resolverlo pronto: en este caso los tiempos de la elección corren rápido.

Como sea, la interna opositora, confusa y enredada, se irá aclarando mientras la oficialista, oscura desde hace tiempo, no se aclara ni un poquito. Si la estrategia de Cristina fue hace un tiempo pegarle a Macri, ahora es pegarle a Fernández. La gestión de Fernández es un desastre excepto en cosas sin importancia. Pero hacer campaña contra el gobierno del que ella es nada menos que vicepresidente, es un disparate y la prueba de su fracaso político.

Fuente: Clarin

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