Pullaro quiere cambios significativos en la UCR: “Parece que estamos alineados con los kirchneristas”

OPINIÓN Juan Palos
hoy

Juan de los PalotesPor Juan Palos

Maximiliano Pullaro es y él lo sabe, el dirigente radical con mayor plafón entre los "boina blanca". El gobernador de Santa Fe, se encuentra en una encrucijada crucial para el futuro del radicalismo argentino, un partido que hoy más que nunca necesita redefinir su rumbo. Aunque su entorno sugiere que no le otorga demasiada importancia a quién sucederá a Martín Lousteau en la presidencia del Comité Nacional de la UCR, la realidad es que Pullaro tiene una visión clara: quiere a Gustavo Valdés al frente. Esta elección no es trivial, ya que refleja una apuesta por un radicalismo más pragmático y menos ideológico, en un contexto político donde ser oposición a La Libertad Avanza demanda flexibilidad y capacidad de adaptación.
Cada provincia tiene representación en el Comité Nacional, lo que proporciona a la UCR una estructura para definir su liderazgo. En Santa Fe, el partido todavía no ha formalizado sus nombres, pero es evidente que la estrategia de Pullaro incluye asegurar tres puestos para su sector NEO. Este movimiento no solo busca fortalecer su propio poder, sino también dar un nuevo rumbo al partido, alejándolo de las recientes tensiones que Lousteau provocó entre los radicales y el kirchnerismo.
El compromiso de Pullaro con Valdés va más allá de la amistad; este último, como gobernador, ha demostrado ser un líder sensible a las necesidades de su provincia y consciente de las complejidades políticas que plantea la administración de Javier Milei. La idea de Pullaro es que Valdés, al asumir la presidencia del partido, pueda articular una nueva relación entre gobernadores y el gobierno central, evitando conflictos innecesarios.
A lo largo de su carrera, Pullaro ha manifestado su lealtad a Lousteau, pero también ha reconocido que esa cercanía ha generado disconformidad dentro de la UCR. “Parece que estábamos alineados con los kirchneristas”, ha comentado un dirigente próximo a Pullaro, evidenciando el dilema que enfrentó el partido bajo la dirección de Lousteau. Ahora, con una nueva dirección a la vista, se plantea la oportunidad de reconstruir la identidad del radicalismo.
Pullaro y su equipo sostienen que la UCR no es ajena a la crisis de identidad que atraviesan todos los partidos políticos en la actualidad. La polarización extrema no es el camino a seguir. “Debemos reivindicar el orden fiscal”, argumenta un funcionario cercano a Pullaro. En este sentido, es crucial que el radicalismo evite transformarse en una oposición irremediablemente visceral, y que más bien se enfoque en propuestas constructivas.
El planteamiento de un radicalismo más pragmático ha tomado fuerza bajo la gestión de Pullaro. La propuesta es abandonar la rigidez ideológica para adoptar un enfoque más flexible, donde el diálogo y la negociación se conviertan en herramientas fundamentales. Para Pullaro, esto se traduce en reconocer las virtudes del gobierno de Milei, como su compromiso con un déficit cero, al mismo tiempo que se critica la falta de inversión y mantenimiento en infraestructuras esenciales como las rutas.
El camino hacia una UCR renovada y pragmática es incierto, pero la apuesta de Pullaro por Valdés como líder representa un cambio significativo. En un momento en que el partido enfrenta desafíos sin precedentes, es esencial que los radicales de Santa Fe (y del país) dejen atrás divisiones y se centren en construir un futuro coherente y representativo. La verdad es que el éxito del radicalismo dependerá no solo de sus liderazgos, sino también de su capacidad para adaptarse a un panorama político que exige respuestas efectivas y sensatas.

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