


Milei en Oslo: apoyo explícito a María Corina Machado en medio de la presión internacional sobre Maduro
POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
- Milei viajó a Oslo para asistir a la premiación del Nobel de la Paz a María Corina Machado.
- La presencia del Presidente se alinea con la presión internacional que impulsa Donald Trump contra Nicolás Maduro.
- Machado no asistió por permanecer en la clandestinidad, aunque anunció que llegará a Noruega en las próximas horas.
- El Gobierno argentino destacó la relevancia regional de la oposición venezolana y su rol en una posible transición democrática.
- También asistieron líderes de Panamá, Ecuador y Paraguay, alineados con la estrategia de seguridad de EE.UU.
- El viaje de Milei refuerza la posición geopolítica de la Argentina ante la crisis venezolana.
La agenda internacional de Javier Milei volvió a alinearse con los movimientos estratégicos de Washington en torno a Venezuela. Mientras Donald Trump insiste en que Nicolás Maduro “tiene los días contados”, el Presidente argentino viajó de manera relámpago a Oslo para participar de la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado, la principal líder opositora al régimen venezolano. El gesto, que exhibe una sintonía ideológica con la Casa Blanca, consolida la posición de la Argentina en el bloque de países que buscan una transición democrática en Caracas en medio de un clima de tensión geopolítica.
Milei arribó a la capital noruega pasado el mediodía, acompañado por una delegación mínima: Karina Milei, secretaria General de la Presidencia, y el canciller Pablo Quirno. Su presencia en la ceremonia, marcada por la ausencia de Machado, buscó enviar un mensaje político claro. El mandatario argentino se ubicó simbólicamente del lado de la dirigente perseguida por el chavismo, reforzando la narrativa de apoyo a la oposición venezolana que también impulsa Trump.
El paralelismo entre ambos líderes resulta evidente. Mientras el expresidente norteamericano insiste públicamente en que el colapso del régimen de Maduro es inminente, Milei se muestra en un escenario internacional acompañando la premiación de una figura convertida en símbolo de resistencia democrática. Para el Gobierno argentino, este alineamiento no es una coincidencia: responde a una visión compartida, que denuncia la dependencia del régimen venezolano de potencias como China, Rusia, Irán y Corea del Norte, actores centrales en la disputa global de poder.
Finalizada la ceremonia en el City Hall de Oslo, Milei tenía previsto reunirse con el rey Harald V y el primer ministro Jonas Gahr Støre. La agenda, según adelantaron fuentes oficiales, incluye una revisión de la relación bilateral entre ambos países y posibles cooperaciones futuras. En paralelo, se había especulado con un encuentro entre el presidente argentino, María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, el presidente electo de Venezuela según la comunidad internacional. Sin embargo, la presencia de Machado fue descartada horas antes del evento.
La líder venezolana permanece en la clandestinidad desde agosto de 2024, cuando el aparato represivo del chavismo intensificó las órdenes de captura contra integrantes de su movimiento. Acusada sin evidencias de conspirar contra Maduro, Machado fue obligada a apartarse de la vida pública, mientras el régimen utilizaba la persecución política y el fraude electoral para conservar el poder. Su ausencia en Oslo generó incertidumbre hasta último momento. El propio Comité del Nobel había mantenido expectativas sobre su presencia, según indicó su portavoz, Erik Aasheim.
Finalmente, Machado comunicó que viajaría a Oslo entre la noche del miércoles y la mañana del jueves. En un mensaje difundido públicamente, afirmó: “Estoy en camino ahora. Dado que este es un premio para todos los venezolanos, creo que será recibido por ellos y pronto, cuando llegue, podré abrazar a mi familia y a mis hijos que no he visto en dos años”. Su eventual llegada daría un cierre simbólico a la ceremonia, reforzando la narrativa internacional de respaldo a la oposición venezolana.
La presencia de Milei en Oslo se inscribe en una estrategia regional más amplia. También fueron invitados a la ceremonia los presidentes José Mulino (Panamá), Daniel Noboa (Ecuador), Santiago Peña (Paraguay) y Edmundo González Urrutia. No es casual: estos gobiernos comparten una postura crítica frente a Maduro y se alinean con los principios de la Estrategia Nacional de Seguridad de Estados Unidos, que considera al régimen venezolano como un foco de inestabilidad con ramificaciones trasnacionales.
En este contexto, el rol de María Corina Machado se vuelve crucial. Para los gobiernos que promueven una salida democrática, ella encarna la figura capaz de liderar la transición tras años de represión, colapso institucional y creciente injerencia de potencias autoritarias en la región. Su aparición o ausencia, sus movimientos y su protección internacional son monitoreados con atención por las cancillerías y los servicios de inteligencia.
Entre tanto, su equipo desmintió versiones que afirmaban que recibiría personalmente el Nobel, calificándolas como maniobras del régimen para instalar confusión. “Cómo vamos a pensar que María Corina no va a regresar y se va a quedar en el exilio. Eso no existe”, escribió Magalli Meda, ex vocera de la campaña, descartando cualquier hipótesis de un exilio prolongado.
El viaje de Milei, breve pero cargado de simbolismo, refuerza el mensaje político que Argentina busca proyectar: un apoyo explícito a la oposición venezolana y un alineamiento sin matices con la estrategia internacional que pretende cercar a Maduro. En Oslo, ese posicionamiento quedó expuesto ante los ojos del mundo.






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