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Lula reafirma su apoyo a la dictadura de China: quiere que "la relación trascienda más allá de lo comercial”

INTERNACIONALES 15/04/2023 Inma BONET BAILÉN
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El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha dejado claro este viernes a su homólogo chino, Xi Jinping, que ambos juegan en el mismo bando y que Brasilia está dispuesta a ser un actor clave en la defensa del orden mundial multipolar al que aspira Pekín. “Queremos que la relación con China no sea meramente comercial. Queremos que trascienda más allá y que sea profunda, fuerte”, expresó Lula al inicio del encuentro, aún con las cámaras delante. Xi, por su parte, enfatizó que “el desarrollo continuo, sano y estable de las relaciones jugará un papel clave para la paz, estabilidad y prosperidad mundiales”. Después de un retraso de más de hora y media, el líder brasileño ha cancelado la rueda de prensa que tenía prevista para aportar su versión del encuentro.

Lula ha sido recibido este viernes con honores por el mandatario chino en el Gran Palacio del Pueblo, ubicado en Tiananmen. “Estoy feliz de encontrarme con mi viejo amigo una vez más en Pekín, en esta época en la que la primavera florece”, ha expresado Xi. Según la lectura oficial facilitada por las autoridades chinas, Xi manifestó que “como socios estratégicos integrales, China y Brasil comparten muchos intereses comunes” y aseguró que para el gigante asiático “los lazos [entre ambos] son una prioridad diplomática”. De acuerdo con la nota de prensa china, Lula afirmó que su país está “comprometido a construir relaciones más estrechas con China” y “dar forma a un orden internacional justo y equitativo”.

En cuanto a la guerra de Ucrania, que China continúa calificando de “crisis”, los dos presidentes coincidieron en que “el diálogo y la negociación son la única vía factible para solucionarla”, que “se deben alentar todos los esfuerzos que conduzcan a su resolución pacífica” y acordaron mantenerse “en comunicación sobre el tema”. Se esperaba que Lula presentara a Xi su propuesta de que un grupo de países no alineados intente persuadir a Rusia y Ucrania para que busquen una salida negociada de la contienda. El brasileño se ha posicionado siempre como un claro defensor de la diplomacia multilateral, en línea con la visión del mundo que China promueve a través de su Iniciativa de Seguridad Global. Además, Lula se niega de manera categórica a armar a las tropas ucranias y, al igual que Xi, se opone al uso de sanciones.

El encuentro se produce en un momento en el que China busca aumentar su influencia económica y política en América Latina, en medio de las crecientes tensiones con Estados Unidos. Dejados atrás tres años de obcecada lucha contra la pandemia y tras asegurarse un tercer mandato sin precedentes desde tiempos de Mao Zedong, Xi Jinping se encuentra embarcado en una ronda de citas diplomáticas con las que pretende demostrar que China ha empezado a asumir un papel más activo en el tablero geopolítico.

Pekín quiere mostrarse al mundo como una potencia responsable —a pesar del aumento de la presión que está ejerciendo sobre Taiwán—, pero tanto Bruselas como Washington miran con escepticismo su equidistancia en la guerra escorada hacia Moscú. Xi viajó el mes pasado a Rusia, donde estrechó lazos con el presidente Vladímir Putin, con quien firmó una “amistad sin límites” dos semanas antes de que el Kremlin decidiese cruzar con sus tanques las fronteras de Ucrania. Acudió a Moscú con su “propuesta para una solución política de la crisis ucrania” bajo el brazo, en la que se incluye un llamamiento al alto al fuego.

La semana pasada, el líder chino recibió al presidente francés, Emmanuel Macron, y a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y unos días antes al presidente español, Pedro Sánchez. Si bien los líderes europeos defendieron su apoyo sin fisuras al plan de paz de Zelenski —con quien Xi aún no ha hablado desde el inicio de la invasión—, afirmaron encontrar elementos de interés en la hoja de ruta planteada por Pekín. Por ejemplo, el principio de integridad territorial y soberanía de todos los Estados o el rechazo rotundo al uso de armas nucleares.

En el plano económico, Xi y Lula han presidido esta tarde la firma de 14 acuerdos para estrechar la cooperación en áreas como las energías renovables, la industria automovilística; la agroindustria, las líneas de crédito verdes, las tecnologías de la información, la sanidad y las infraestructuras. Entre los compromisos firmados destaca la construcción del sexto satélite fabricado entre ambas naciones, el CBERS-6, que vigilará la biomasa de la selva amazónica.

Lula mostró su disposición a reforzar la alianza entre los países emergentes el jueves en Shanghái, donde asistió a la toma de posesión de la exmandataria brasileña Dilma Rousseff, como presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) de los BRICS. La entidad financiera fue creada en 2014 por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica con la aspiración de servir de alternativa a organismos internacionales tradicionales como el Fondo Monetario Internacional. “Estamos de vuelta en el escenario internacional, después de una ausencia inexplicable”, dijo Lula.

“La decisión de crear el NBD fue un hito en la acción conjunta de los países emergentes”, expresó Lula en un apasionado discurso, “[que] demostró que nuestra unión es capaz de generar cambios sociales y económicos relevantes para el mundo”. “El NBD reúne todas las condiciones para convertirse en el gran banco del Sur Global”, “tiene un gran potencial, porque libera a los países emergentes del sometimiento de las instituciones financieras tradicionales que quieren gobernarnos”, agregó el brasileño. Además de los BRICS, el banco cuenta entre sus miembros con Egipto, Bangladés, Uruguay y Emiratos Árabes Unidos.

Lula también aprovechó la ocasión para cuestionar la dependencia del dólar en las transacciones comerciales internacionales, unas declaraciones que van a tono con los esfuerzos de Pekín de promover el uso del yuan chino y fortalecer el papel de la segunda economía del planeta en el sistema financiero mundial. En febrero, los bancos centrales de China y Brasil acordaron utilizar el yuan en las transacciones transfronterizas.

El presidente brasileño también visitó un centro de investigación y desarrollo de Huawei en Shanghái. El principal fabricante chino de equipos de telecomunicaciones, que estableció sus operaciones en suelo brasileño hace 25 años, se convirtió en el tercer mayor proveedor de servicios en la nube del país el año pasado, según el medio brasileño Teletime. Huawei también está jugando un rol fundamental en el despliegue de las redes de 5G en Brasil, a pesar de los intentos de Washington de “presionar al Gobierno brasileño para impedirlo”, según un comunicado de la empresa en su página web. “La visita a Huawei es una demostración de que queremos decirle al mundo que no tenemos prejuicios en nuestra relación con China”, ha expresado Lula, según cita EFE.

Fuente: El País

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