Mondino acumula conflictos y sigue sin poder controlar toda la Cancillería

POLÍTICA Pablo Varela*
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La canciller Diana Mondino acumula frentes de conflicto en política exterior sin resolver, además de tener el ministerio intervenido y de no contar con una línea de funcionarios que le respondan.

Desde el inicio de su gestión y en el contexto del “no hay plata”, Mondino no logró ocupar sillas de la cartera de Relaciones Exteriores con personas de su confianza que la asistan en la difícil tarea de comandar la Cancillería.

Es por ello que terminó quedándose con muchos funcionarios de carrera, muchos de ellos con buenos vínculos con el peronismo. Otros, como Carolina Cuenca, provienen del universo PRO y cercanas a Fernando Straface. Cuenca, es Directora Nacional de Comercio Exterior.

Los otros cargos claves como el vicecanciller, Leopoldo Sahores, también proviene del Servicio Exterior al igual que Marcelo Cima, el encargado de negocios de la Cancillería quien supo tener afinidad con todos los gobiernos desde el menemismo hasta la actualidad.  

El conflicto con Apsen, la asociación que nuclea a los trabajadores del Servicio Exterior por el pago de Ganancias es el último de los episodios de una larga saga que demuestra que los diplomáticos y Mondino no terminan de generar una dinámica de trabajo y de confianza.

En este mundillo hay quienes creen que hay errores no forzados por parte de la Canciller, y que nadie la asiste. El ejemplo más reciente fue la desmentida que la propia Cancillería se vio obligada a hacer por las elecciones en Venezuela. Mondino quedó expuesta, y la Casa Rosada tuvo que intervenir.

Lo mismo sucede con la entrevista que Mondino le brindó a Clarín en la que señaló que los chinos “son todos iguales”; nadie estuvo allí para evitar el cimbronazo.

Con todo, Mondino toleró la designación de Francisco Sánchez al frente de la Secretaría de Culto. Un rol clave por el vínculo con los credos, sobre todo teniendo en cuenta la posibilidad de que el papa Francisco visite la Argentina.

Sánchez cayó en el ostracismo luego de disertar en Vox a fines de mayo, cuando tuvo expresiones en contra del aborto, del matrimonio igualitario, y del divorcio. Sin embargo, a Sánchez se lo vio el jueves pasado en el primer piso de la Casa Rosada, conversando distendidamente con Juan Carreira, el Director Nacional de Comunicación Digital más conocido como Juan Doe, en la red X.  

El gesto más fuerte recae en Úrsula Basset, una abogada de la UCA quien responde directamente a Karina Milei.

Además de no contar con personal de confianza, Mondino acumula un frente que no asoma que evidencie resolución en lo inmediato. Luego de articular para que Brasil se hiciera cargo de la representación de Argentina ante Venezuela, no hubo avances para evacuar los asilados. Los seis disidentes venezolanos obtuvieron asilo, pero no hay precisiones sobre su destino.

Tampoco Mondino ha podido armar una posición conjunta con los países vecinos respecto de Venezuela, y ya no existen posibilidades de una cumbre de presidentes regionales, aunque el vocero Adorni se encargue de mantener con vida dicha posibilidad en cada conferencia.

Mondino cuenta con un antecedente penoso: es la primera canciller argentina que no logra que el Mercosur haya podido emitir un comunicado conjunto ratificando el reclamo argentino por Malvinas, lo que en diplomacia se da por descontado.

La titular del Palacio San Martín tampoco pudo avanzar en el acuerdo Mercosur-Unión Europea ni en el ingreso de la Argentina a la OCDE, objetivos que se trazó en el inicio de la gestión y que se diluyen en las internas libertarias.

 

 

* Para www.perfil.com

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