


El próximo intendente de Rafaela se está construyendo, que nadie se la crea hoy
OPINIÓN Carlos Zimerman
Los resultados del domingo dejaron mucha tela para cortar, pero hay un mensaje contundente que ha transmitido la ciudadanía: está harta de los políticos. Estos no logran, ya sea por egoísmo o incapacidad, resolver los grandes problemas que enfrenta la gran mayoría de la sociedad. El porcentaje de personas que votó fue, por lejos, el gran protagonista de la jornada electoral; no se recuerda una elección con tan baja participación.
Se habla de ganadores y de perdedores, pero evidentemente, cuando la población pierde por completo el interés de ser el verdadero protagonista de su destino, todos los políticos se convierten en perdedores, no hay ganadores.
Ayer mismo, ya comenzaron a especular sobre la contienda de 2027, y en los diferentes espacios se escuchó de todo. En el peronismo, hay quienes sostienen que el triunfo de Valeria Soltermam es un mensaje indirecto de la gente hacia Luis Castellano, quien ya ha comenzado a tachar los días que restan para volver a presentarse como candidato al sillón mayor de Moreno 8. Otros ven a la misma Valeria Soltermam como una potencial candidata, y su condición de mujer, aseguran, le juega a favor. Sus seguidores más cercanos sostienen que el triunfo de Valeria le da derecho a comenzar a trabajar ya para ser la próxima candidata a intendenta de la ciudad y la primera mujer en lograrlo, lo que sería claramente un hecho histórico.
Por otro lado, muchos libertarios ya comenzaron a soñar con Dellasanta aplicando la "motosierra" al festival de gastos inútiles que hoy enfrenta Rafaela. La actuación del concejal electo en las elecciones del domingo fue tan importante, según sostienen, que va a recibir todo el apoyo del Gobierno Nacional para llegar a 2027 con las herramientas necesarias para seguir haciendo historia.
En las filas oficialistas aún están haciendo el duelo y no salen del estupor, pero los más optimistas sostienen que esta fue una elección intermedia. A ellos les queda la mitad del período por cumplir y, en menos de dos años, cuando sea la elección para intendente, comenzarán a verse los frutos de la gestión de Viotti, quien por nada del mundo piensa dejar pasar la oportunidad de ser reelegido en el cargo.
Más allá de todas las especulaciones, los políticos deben entender que en 2023 Viotti fue elegido intendente más que por méritos propios, por el cansancio de la gente con la figura de Luis Castellano, que llevaba 12 años en el poder y cuya imagen se había desgastado, independientemente de su gestión. Tienen razón quienes sostienen que esta fue una elección para elegir concejales y que, para la intendencia, la ciudadanía busca otros aspectos en los candidatos y exige perfiles determinados y diferentes. Por ello, es importante que nadie se crea con derecho a nada, que nadie haga interpretaciones erradas y que, sobre todas las cosas, dejen de pensar siempre hacia adelante y comiencen a trabajar ahora para solucionar los verdaderos problemas de la ciudadanía. Es cierto que la elección a concejal es una cosa y a intendente otra, también como que la del domingo fue una bisagra y seguramente nada será igual, ahí los libertarios juegan un papel importantísimo y tiene el derecho a soñar en grande, pero nada más que a soñar. Viotti antes de ganar la intendencia, había triunfado en muchas elecciones de medio término y perdido muchas para intendente. La gente es más sabia de lo que muchos políticos creen.
El próximo intendente de Rafaela se está construyendo, y nadie debe creerse con derechos adquiridos. El rechazo que la población le dio a la elección del domingo es el ejemplo más claro del cansancio y la desconfianza que tiene ka sociedad hacia la política y los políticos. Ha llegado la hora de comenzar a hacer las cosas bien; el castigo aún puede ser mayor.





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