No importa como se diga la verdad, lo importante es que se la diga

Desde la irrupción del Concejal electo Fabricio Dellasanta en la política rafaelina, hemos podido ver y escuchar al mundo político doméstico embestir con sus críticas contra el libertario por la posición asumida por este en referencia a diversos temas que hacen al quehacer cotidiano de funcionamiento de la ciudad. 

Dellasanta no tiene "pelos en la lengua", y quizá eso es lo que más asusta a la casta política que sí existe en Rafaela y que no es otra que los que desde hace años deciden los destinos de la ciudad y se ven beneficiados en forma personal.

El libertario salió hace unos días a criticar a los concejales, algunos de los cuales van a ser sus compañeros a partir del 10 de diciembre, por haberse tomado un mes de vacaciones en un contexto de ciudad y de país atravesado por una economía muy dura que obligó al Presidente Milei a tomar decisiones duras pero necesarias para encausar un país literalmente arrasado por los gobiernos de turno desde 1983 a la fecha. No es serio que un grupo de legisladores municipales, que ganan dineros muy por encima que el que percibe el común de la gente, se tome vacaciones de 30 días cuando en la ciudad hay muchas cosas por resolver. 

Lo que los políticos no están soportando es que por primera vez en muchos años llegó alguien que les dijera en la cara lo que la mayoría de la población piensa de ellos. 

Dellasanta los catalogó de vagos y parásitos, y quienes a diario caminamos las calles de la ciudad y hablamos con la gente, sabemos que la mayoría de los que día a día salen muy temprano a trabajar y regresan muy tarde a sus casas, pagan sus impuestos y cumplen con sus obligaciones, piensan exactamente igual que el libertario, están convencidos que los políticos que nos gobiernan en la ciudad, son realmente unos vagos que viven de privilegios, lo que los convierte en unos verdaderos parásito. 

Se lo critica a Dellasanta por la forma en la que se expresa y los términos que usa, pero lo importante es que por primera vez alguien dice la verdad, no importa como lo diga, lo importante es que diga la verdad. 

La gente está cansada de la casta y lo demostró en las últimas elecciones, oportunamente dijimos que la contienda electoral de hace apenas 15 días iban a ser una verdadera bisagra en la política de Rafaela y hoy estamos mucho más seguros de ello. Por primera vez en muchos años a la casta se le dice en su propia cara lo que la mayoría piensa de ellos. La reacción no debe ser enojarse con quien se lo dice, la solución es cambiar, aunque a decir verdad, mucho no están en condiciones de hacerlo, llevan en su adn una condición que seguramente, tarde o temprano los va a relegar de la política para darle paso a una nueva generación que entiende a la misma como la que le va a dar soluciones a la gente en vez de ser exactamente al revés como sucede actualmente.