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El Partido de la Gente: la fuerza populista chilena que mide su poder en medio de un escándalo

INTERNACIONALES 05/05/2023 Agencia de Noticias del Interior Agencia de Noticias del Interior
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Nació como la plataforma de apoyo a la aventura electoral del economista chileno Franco Parisi en las elecciones presidenciales de 2013 y 2021 y, luego de constituirse como partido en julio de 2021, terminó transformándose en la fuerza política con mayor número de militantes en Chile (un lugar que a fines de 2022 recuperó el Partido Comunista). Es el Partido de la Gente (PDG), de carácter populista, que tiene 44.890 inscritos, según las cifras del Servicio Electoral. De ellos, un 67% son hombres, a diferencia del resto de los partidos que tiene una militancia prácticamente repartida entre hombres y mujeres. De acuerdo a la encuesta Cadem del pasado 7 de abril, una de las principales empresas de sondeos de Chile, se trata de la formación política chilena con la más alta valoración ciudadana, de un 32%.

Este domingo, sin embargo, medirá su verdadera fuerza electoral en la elección de los 50 consejeros constituyentes que escribirán la nueva Carta Marga de Chile. Aunque el PDG estuvo en conversaciones avanzadas con el Partido Republicano de la extrema derecha para ir en un pacto conjunto de cara a los comicios de este fin de semana, finalmente el partido de Parisi decidió ir en una lista separada.

 
“Tomamos la decisión de competir en solitario para poder medirnos políticamente. En la última elección presidencial obtuvimos 900.000 [en la primera vuelta salieron terceros tras José Antonio Kast de la derecha extrema y de Gabriel Boric], pero ya han pasado casi ya dos años y la idea es ver si aumenta la cantidad de votos. Cuántos consejeros logremos sacar nos va a servir para ver cómo nos puede ir en la senatorial de 2025 y en las elecciones que vienen”, explica a EL PAIS Rubén Oyarzo, uno de los tres diputados del PDG.

Las proyecciones y las sombras
Los cálculos sitúan a la colectividad en un escenario positivo. Las estimaciones realizadas por el exdiputado y experto electoral, muy seguidas por la clase política, indican que el PDG obtendría entre tres y cinco consejeros de los 50, con un total de 1.330.000 votos. El diputado Oyarzo es incluso más optimista. Según sus proyecciones, su fuerza política podrían tener entre cuatro y ocho consejeros y un total de 1.500.000 respaldos.

 
“La sorpresa positiva para el PDG sería quedar en cuarto lugar (de las cinco fuerzas en competencia). Estamos hablando de más de un 20%. Los consolidaría como una fuerza alternativa”, indicó el politólogo chileno Octavio Avendaño en una reciente entrevista a El PAÍS.

La polémica que explotó esta semana, sin embargo, podría cambiar su suerte: Karla Añes, su candidata por Arica y Parinacota, en el extremo norte de Chile, cumplió una condena de cinco años por narcotráfico. Lo informó el medio electrónico chileno El Mostrador, que relató que Añes llegó en septiembre de 2010 hasta el terminal de autobuses Alameda, en plena capital chilena, cargando un bolso de mano con cuatro paquetes de clorhidrato de cocaína. Fue detenida y estuvo en la cárcel hasta octubre de 2016. El descubrimiento, del que los dirigentes del PDG dijeron no tener antecedentes, merman las posibilidades de un éxito en la elección de este domingo para la joven colectividad, sobre todo en momentos en que la seguridad ciudadana, el narcotráfico y el crimen organizado son las principales preocupaciones de la ciudadanía.

 
La aspirante por Arica anunció su renuncia a la postulación, pero a tres días de la elección su nombre aparecerá de todos modos en la papeleta de voto.

En un comunicado, el presidente del PDG, Luis Moreno, señaló que si bien se había realizado test de drogas, entrevista personal psicológica y se le habían solicitado sus antecedentes personales, la candidata no registraba información vigente, puesto que ya había cumplido su condena. Ante lo ocurrido, el partido anunció su decisión de no apoyar su candidatura. “No queremos que este episodio ensucie la tremenda labor que han realizado los demás 61 candidatos a nivel nacional”, dijo Moreno.

Los bastiones del PDG
En las regiones del norte de Chile están los principales bastiones del partido. En Arica, Parisi salió segundo en la primera vuelta presidencial de 2021, con el 26,85% de las preferencias. En Tarapacá obtuvo el 27,35% de los votos y en Antofagasta alcanzó la primera mayoría con un 33,93%. Aunque con el PDG todo puede suceder. Porque si bien Parisi terminó dando su apoyo en la presidencial de 2021 al candidato republicano José Antonio Kast, que perdió en el balotaje frente a Boric, parte importante de sus electores de las regiones del norte chileno terminaron votando por el actual presidente.

Axel Callís, sociólogo y director de TuInfluyes –que realiza sondeos electorales– considera que dado el sistema electoral chileno, que castiga a las listas que van sin pacto, es posible que el PDG no tenga mucho éxito en esta elección. Sus principales opciones, a su juicio, estarían en regiones como la nortina Antofagasta, donde se eligen tres consejeros, pero su lista debería reunir un 20% de los votos. En Arica, en tanto, necesitarían cerca de 30% de los respaldos, lo que Callís cree improbable. Respecto a la polémica por el historial de candidata Añes, el analista piensa que no debería afectar mayormente los resultados de esta colectividad.

 
“El electorado del PDG no tiene un paladar muy exigente en materia procesal o penal. Recordemos que el mismo Parisi estaba en falta por el no pago de pensión alimenticia [por lo que estuvo fuera de Chile en la campaña presidencial de 2021] y a los electores poco les importó. Para estos electores la victimización puede ser vista como un delirio místico de que son perseguidos y, por otra parte, no son personas extremadamente informadas de la política”, opina el experto.

Biobío, en la zona centro sur del país, es otra de las regiones donde el PDG podría tener éxito. En las parlamentarias de 2021 logró dos diputados en esta región que ahora elige a tres consejeros constitucionales.

Todo arrancó en un programa de televisión
El origen del PDG se remonta a 2013, cuando Parisi se lanzó por primera vez a la carrera presidencial, luego de saltar a la fama en 2011 en un programa de televisión llamado Los Parisi: el poder de la gente, que conducía junto a su hermano, Antonino. El objetivo era explicar de manera fácil las personas comunes y corrientes. En ese entonces, Franco (hoy de 55 años) era un joven economista que había realizado una carrera como profesor de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, donde llegó a ser vicedecano.

De su primera experiencia presidencial hace una década, salió airoso: fue la cuarta mayoría en primera vuelta con el 10,11% de los votos. En la campaña presidencial de 2017 quiso volver a probar suerte, pero terminó bajando su candidatura. En pleno estallido social de octubre de 2019, sin embargo, su figura volvió a emerger y apareció en las encuestas liderando la intención de voto para las siguientes presidenciales, las de 2021. Fue el puntapié inicial para la fundación del PDG que impulsaron Parisi y Gino Lorenzini, socio de la consultora de ahorro previsional Felices y Forrados, cuyas asesorías fueron prohibidas en 2021 por una nueva ley de transparencia para agentes asesores. Entre ambos lograron reunir las firmas necesarias para que el PDG fuera reconocido por el Servel.

 
Pero a poco andar, las fricciones entre ambos caudillos provocaron un quiebre interno en el partido y Lorenzini renunció a la fuerza política. Al poco tiempo, Parisi salió tercero en la carrera a La Moneda, a fines de 2021.

El objetivo: un partido bisagra
El PDG se autodefine como un “partido nacional ciudadano, independiente, regional, transversal, sin ideologías políticas y autofinanciado”. El diputado Oyarzo explica que su expectativa es lograr formar una bancada al interior del consejo constitucional que se elige este domingo, para lo que necesitan tener al menos cinco escaños. “Una vez que tengamos eso siempre hemos dicho que queremos ser el puente entre la izquierda y la derecha. Hoy día somos la bisagra en la Cámara de Diputados”, dice el parlamentario.

El analista Callís duda de su papel de puente. Su visión es que “hasta el minuto, son personas bien poco confiables en términos de generar colaboraciones en el Parlamento”. “No se inclinan por generar acuerdos y no tienen una base una ideológica, sino una unidad de personalidades”, dice el experto. Y recuerda que en 2022, tres de sus seis diputados electos decidieron abandonar el partido por diferencias internas.

Lisa Zanotti, investigadora de la Universidad Diego Portales e investigadora adjunta del Centro de Conflicto y Cohesión Social (COES), considera que el PDG es la respuesta a un sentimiento antipolítica que se expresó fuertemente tras el estallido social de 2019. “Tienen mucho arrastre, sobre todo en sectores populares donde este sentimiento todavía es muy fuerte y podrían movilizar a ese electorado más escéptico, desilusionado y a ese votante que no iría a votar si no fuera obligatorio, porque no tiene ideología ni apego partidario”, explica la analista Zanotti.

Para la académica, es posible hablar de un partido de carácter populista, “en el sentido que interpreta a la sociedad de una manera dicotómica entre élite corrupta y pueblo puro”. “Esa conceptualización como si el pueblo fuera uno solo, homogéneo, y donde la voluntad de la gente es siempre una y buena, en el sentido moral, es típica del populista”.

Sobre hacia qué sector podrían plegarse si logran elegir consejeros en esta elección, la investigadora asegura: “Es un misterio”. “Creo que van a hacer lo que le convenga pragmáticamente en términos de ganancia política”, en la línea de lo que ha sido la corta pero intensa vida del PDG.

Fuente: El País

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