¿Y qué esperabas, hermano?

RAFAELA Lic. Lilián Koper
hoy

l_6fabc301fb88c9c470d66f215c4650faPor Lic. Lilián Koper

El domingo de las elecciones, antes de las 7, me dirigí como todas las semanas a limpiar el cordón de la vereda de nuestra propiedad en pleno centro.  Siempre la primera acción es espantar a los miles de pájaros que pernoctan en los árboles y llenan de excrementos y plumas la calle y la terraza.  Pero no tuve tiempo.  Antes de subir a la vereda, y como metáfora de la realidad, recibí una cagada en pleno rostro.
Y sí, en pleno día de elecciones, los pájaros me recordaban lo que los políticos hacen con nosotros todos los días: mearnos y cagarnos en nuestra propia cara.
Mis reclamos históricos, de años, para que se cumpla con la contraprestación que supone la Tasa General de Inmuebles municipal de ALUMBRADO, BARRIDO Y LIMPIEZA, mis llamados al 147, mis e-mails a Rafaela Responde y mis fotos de bolsas de mugre con mensajes a los actuales funcionarios cayeron siempre en saco roto.
Hace muchos meses los alerté con un audio: “Ojo, nunca me pasó que la persona con la que estoy hablando salga despotricando contra ustedes sin que yo abra la boca. Peguen un golpe de timón.” 
Mandé fotos de árboles peligrosos y nidos de cotorras colgando en boulevares y plazas de la ciudad.  Reclamé por luces encendidas de día o luces apagadas en plena Av. Santa Fe de noche. Me quejé por pastos cortados en cunetas, sin recoger.  Temí caminar tres cuadras a las 9 de la noche desde la Jefatura a mi casa, después de saber que la esposa de un señor que estaba conmigo en un evento, había sido golpeada y robada en su lugar de trabajo minutos antes. 
Un grupo de vecinos presentamos al Presidente del Concejo una petición para retirar la bicisenda de calle Las Heras que nadie utiliza y que trae muchos perjuicios, y hace casi dos meses que duerme el sueño de los justos.
Los días húmedos o lluviosos camino con la nariz tapada por la principal avenida de la ciudad, esquivando los excrementos de las aves para no caer. No voy en auto al centro para evitar llevármelo “nevado” por la caca de los negruchos y rayado por los lavacoches violentos.
Y no estoy sola.  Decenas de personas hablamos sobre la necesidad de terminar con estos temas de higiene y seguridad en la ciudad, pero las clases de Zumba y los ciudadanos ilustres parecen que son más importantes.
¿Qué esperabas, hermano? ¿Que la gente te premiara con su voto cuando te eligió para consolidar lo bueno y cambiar lo malo?  Espero que hayas obtenido una respuesta a tu plebiscito de gestión.  Les queda la mitad del mandato.  Están a tiempo si se bajan del pony, empiezan a laburar en serio y dejan de decir pavadas.  

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