


La dieta japonesa tiene el poder de reducir la inflamación cerebral y mejorar el bienestar emocional
SALUD Y NUTRICIÓN
Ana COHEN
Un estudio reciente sugiere que la dieta tradicional japonesa, conocida como washoku, podría influir positivamente en el estado de ánimo y contribuir a la prevención de la depresión.
Este patrón alimentario, caracterizado por un alto consumo de pescado, verduras, soja y alimentos fermentados, se asocia con un menor riesgo de trastornos mentales, de acuerdo con una investigación publicada en la revista Psychiatry and Clinical Neurosciences.
Los resultados indicaron que quienes siguen esta dieta de forma constante presentan entre un 17% y un 20% menos probabilidades de desarrollar depresión que quienes la adoptan con menor frecuencia.
Según la revista científica, el interés por la relación entre nutrición y salud mental aumentó en los últimos años, y el estudio aporta evidencia específica sobre cómo ciertos componentes de la alimentación japonesa podrían proteger el bienestar psicológico.
Haruka Miyake, investigadora del Instituto Japonés de Seguridad Sanitaria y participante en el estudio, afirmó que “promover hábitos alimentarios saludables arraigados en la cultura gastronómica japonesa conduce a una nueva estrategia de salud pública para apoyar el bienestar mental”.
El pescado azul y la salud cerebral
Uno de los elementos claves de la dieta washoku es el consumo frecuente de pescado azul, como salmón, trucha, caballa, arenque y sardinas. Estos alimentos son ricos en ácidos grasos omega-3, especialmente EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico), reconocidos por su efecto beneficioso sobre la salud cerebral y el estado de ánimo
Federica Amati, nutricionista jefe de la aplicación Zoe, explicó a The Times que estos compuestos están asociados con un mayor bienestar mental
Estudios previos también relacionaron el aumento de omega-3 con mejoras en la función cognitiva, incluyendo la concentración y la memoria, así como con una reducción del riesgo de enfermedades neurodegenerativas como la demencia y el Alzheimer.
Verduras, antioxidantes y menor inflamación cerebral
La alimentación tradicional japonesa incorpora una amplia variedad de verduras de diferentes colores, preparadas cocidas, fermentadas o crudas. Entre ellas se destacan la espinaca, col rizada, boniato, rábano, zanahoria y algas marinas, ricas en micronutrientes como yodo, magnesio y zinc.
Sam Rice, nutricionista y autor de Supercharge Your Diet, destacó a The Times que el estudio demostró cómo una dieta con abundantes antioxidantes vegetales podría contribuir a reducir la inflamación cerebral, una posible vía de desarrollo de la depresión.
Amati añadió que el consumo de verduras favorece el equilibrio del microbioma intestinal, y que el eje intestino-cerebro cumple un papel central en la regulación emocional.
Datos recopilados por Zoe indican que un mayor consumo de plantas y fibra se asocia con mejoras en el estado de ánimo. Además, los compuestos bioactivos presentes en las plantas ayudan a reducir la inflamación y promueven la salud metabólica, lo que refuerza la estabilidad mental.
Alimentos fermentados y salud digestiva
El consumo regular de alimentos fermentados es otro componente esencial del patrón washoku. Entre ellos se encuentran la sopa de miso, el yogur fermentado, el kéfir y el chucrut.
Estos productos, sometidos a procesos que aumentan su valor nutricional, contienen probióticos, microorganismos que fortalecen la salud intestinal y, en consecuencia, influyen sobre el sistema nervioso central.
De acuerdo con Amati, estos alimentos podrían contribuir a disminuir los síntomas de ansiedad y depresión, lo que refuerza la conexión entre digestión y bienestar psicológico.
Soja, té verde y compuestos neuroprotectores
La dieta japonesa también incluye productos derivados de la soja, como la sopa de miso, que aporta isoflavonas y fitoestrógenos relacionados con la reducción de síntomas depresivos.
Además, la soja contiene folato, una vitamina del complejo B relevante para la función neurológica. El té verde, otro componente habitual, aporta antioxidantes que protegen contra el estrés oxidativo cerebral.
Amati señaló a The Times que estos antioxidantes pueden contribuir a la estabilidad emocional y que incluso el sabor umami, característico de la cocina japonesa, tendría efectos en el sistema nervioso parasimpático, favoreciendo la relajación.
Saciedad, control de peso y salud mental
Más allá de sus propiedades nutricionales, la dieta washoku promueve la sensación de saciedad mediante su alto contenido de fibra vegetal y el bajo consumo de alimentos ultraprocesados.
Este patrón dietético ayuda a prevenir el sobrepeso y la obesidad, factores de riesgo reconocidos para los trastornos de salud mental, según un estudio realizado en 2021 por la Universidad de Exeter.
Rice concluyó que la evidencia científica respalda el papel de una alimentación rica en alimentos integrales, baja en azúcares y sal, con abundantes antioxidantes, fibra y grasas saludables como estrategia efectiva para el cuidado de la salud mental.
Fuente: Infobae






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