



El procesamiento de ingredientes como el trigo y la avena en productos más accesibles elimina nutrientes benéficos como la fibra y los polifenoles, esenciales para la salud intestinal. Estos compuestos alimentan los microbios “buenos” del intestino, ayudando a prevenir inflamaciones.
Además, los alimentos ultraprocesados tienden a tener altos niveles de azúcares añadidos y sodio, factores que pueden incrementar el riesgo de enfermedades inflamatorias. Los aditivos como emulsionantes y edulcorantes artificiales también se asocian a daños en la salud intestinal. Pequeños estudios en humanos han encontrado una relación entre el consumo de emulsionantes y problemas gastrointestinales. Investigaciones en roedores sugieren que estos pueden alterar el equilibrio del microbioma y aumentar la inflamación intestinal.
Recomendaciones para mejorar la salud intestinal
Los científicos advierten que aunque no se puede recomendar la eliminación total de alimentos ultraprocesados, reducir su consumo podría ser beneficioso. Alternativas como agua con gas en lugar de refrescos o vinagretas caseras en lugar de aderezos envasados pueden ser pasos efectivos.
Para mantener un intestino sano, se aconseja centrar la dieta en alimentos integrales ricos en fibra, como frutas y verduras, y limitar la ingesta de azúcares, sodio y grasas saturadas. Esto no solo puede mejorar la salud intestinal, sino que también puede resultar en una reducción del consumo de alimentos ultraprocesados.









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