Asoma la campaña y la seguridad no da respiro a la gestión Perotti

La inseguridad sigue marcándole la agenda a la política santafesina. Con la campaña electoral asomando, y luego de la convocatoria (por ahora sin fecha) a los precandidatos para tratar la problemática, la violencia urbana no da respiro al gobierno de Omar Perotti. Tampoco al intendente de Rosario: "Están pasando cosas muy extrañas en la Policía”, advirtió Pablo Javkin en referencia a un estado de temor muy difundido a partir de colegios cerrados por amenazas y la viralización de videos y audios intimidantes sobre hechos de violencia que aterrorizan a barrios enteros. A eso se suma un número de homicidios estabilizado en un nivel récord.

Nada más alejado de la intención de los gobernantes, que además están a las puertas de la campaña electoral. En el caso de Perotti, la realidad cotidiana tira por la borda todos los intentos por moderar el coro de críticas por un tema para el que nunca encontró soluciones certeras durante su gestión.
El tema, además, genera rispideces hacia el interior de la gestión. En los últimos días la figura del ministro de Seguridad, Claudio Brilloni –el cuarto de la era Perotti–, quedó envuelto en comentarios que incluso llegaron a poner en duda su continuidad, algo que desde la Casa Gris descartan.

El ministro, que ha recibido el respaldo y los elogios hasta de figuras de la oposición, parece atravesar un tiempo de tensión con algunos miembros del Gobierno provincial. Brilloni reclama un mayor aporte de recursos para dar respuestas, que de alguna manera podría leerse también como un mayor respaldo a su gestión.
Sus pedidos, sin embargo, no parecen tener la receptividad que él espera, en especial de funcionarios clave y del riñón perottista.

La tensa situación que estaría viviendo el ministro parece respaldar la mirada de algunos dirigentes de la oposición, quienes dicen avalar a Brilloni mucho más que el propio Perotti. Uno de los que afirma esa postura públicamente es el candidato a vicegobernador y presidente del PRO, Federico Angelini.

Brilloni, sin embargo, advierte públicamente que hasta el 10 de diciembre su tarea está atada a lo que ordene el gobernador. No descarta incluso que, de imponerse el precandidato oficialista Marcelo Lewandowski, pueda continuar en el cargo si hipotéticamente es convocado por el senador y periodista.

De esta manera busca desestimar que pueda dar el salto para colaborar con otros espacios políticos que lo ponderan. De todas maneras aclara que falta mucho tiempo para llegar a diciembre. Y la tensión en la seguridad pública parece recordárselo a diario.

Los llamados intimidatorios a los colegios provocaron que este lunes, tras el fin de semana largo, cuatro escuelas de Rosario permanezcan cerradas. Los colegios Bernardino Rivadavia, Mariano Moreno y Leónidas Gambartes, ubicados en una misma cuadra céntrica, y a pocos metros de una seccional policial, no dictaron clase.

Un cuarto establecimiento fue baleado la semana pasada –el Complejo Educativo Rosa Ziperovich, en la zona norte–, aun cuando contaba con custodia policial. Nadie fue detenido. El personal que vigilaba se anotició del atentado por un alerta del 911. Ese establecimiento tampoco abrió sus puertas. Se espera que el martes puedan normalizar sus actividades.

A partir de esos hechos, el intendente Pablo Javkin dijo  que “están pasando cosas muy extrañas en la Policía” y opinó que es “fundamental” la depuración de una fuerza que “no tiene un mando estructurado”. Sugirió incluso que algunos episodios pueden estar vinculados con los tiempos electorales.

La tensión en la calle es evidente. Y los dichos de Javkin, de alguna manera, alcanzan a Brilloni. Aunque en otras oportunidades lo ha elogiado, hablar de una policía sin mando es un dardo claro a la gestión del ministro.

Perotti planteó durante los actos del 25 de mayo que el recrudecimiento de la violencia tenía directa relación con la campaña electoral y lo inminente de las elecciones.

“No son casualidades estas cosas. Cada vez que hay un proceso electoral los episodios violentos recrudecen. Muchos añoran volver a tiempos pasados de alta impunidad y no están conformes con cómo combatimos el delito”, planteó el gobernador.

Como parte de una sangría constante, el domingo se produjo en el Gran Rosario el homicidio 130 en lo que va del año. En promedio, se registra en el departamento más poblado de la provincia un crimen cada 27 horas.

Con informacion de Letra P.