De acuerdo a los últimos datos del INDEC, en julio los salarios crecieron por encima de la inflación por segundo mes consecutivo. De todas formas, esa tendencia se habría frenado en agosto: con un fuerte salto de precios luego de la devaluación posterior a las PASO, los ingresos formales cayeron fuertemente en términos reales.
Así se desprende del índice Ripte que elabora el Ministerio de Trabajo, que mide la evolución de los salarios del sector registrado (tanto públicos como privados), con estabilidad en el último año. De acuerdo a este indicador, los ingresos crecieron 5,9% en el octavo mes del año, muy por debajo de la inflación del 12,4%.
Según señaló Luis Campos, coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma, en términos reales el salario medido por el Ripte está “un 3,8% debajo de diciembre de 2019 y casi un 20% por detrás de diciembre de 2016”. En la comparación interanual, en tanto, los salarios formales acumularon un crecimiento del 121%, por detrás de la inflación general del 124,4% del mismo período.
En julio, tal como difundió el INDEC la semana pasada, los salarios crecieron 11% y tuvieron una mejora en términos reales del 4,4%. De todas formas, al interior del índice se observaron marcadas diferencias.
“Los trabajadores del sector público explicaron la mejora con la mayor suba mensual: 6,5% real. Por su parte, los trabajadores del sector privado marcaron un aumento de 4,2% mensual real. Los trabajadores no registrados fueron los menos beneficiados, aunque sus ingresos lograron crecer 0,6% mensual real”, analizaron desde la consultora LCG, y resaltaron: “Contra diciembre 2022 los salarios de los trabajadores no registrados son los únicos que continúan perdiendo poder adquisitivo con una caída del 5,8% real. En cambio, los empleados del sector público marcaron subas del 6,2% real, mientras que los del sector privado 1,9%”.
Qué esperar hacia adelante
Desde la consultora Ecolatina analizaron recientemente cómo evolucionaron los ingresos reales durante la primera mitad del año. Entre otros aspectos, se destacó que “el 70% de hogares de menores ingresos sufrió una caída del poder adquisitivo de sus ingresos, mientras que se verificó una mejora en los sectores más acomodados”.
“Además, hasta agosto la inflación se volvió más regresiva que de costumbre: los precios de la canasta de los hogares más pobres treparon por encima del promedio”, detallaron desde la firma, y proyectaron: “Para el resto del año, esperamos que se profundicen las disparidades, alimentando la idea de dos velocidades, en la que una de la parte de la sociedad logra sostener su nivel de consumo y nivel de vida, mientras que la otra tiene cada vez más dificultades para llegar a fin de mes”.
Es que, tal como resaltaron desde Ecolatina, “para el último trimestre del año, la incertidumbre electoral, los aumentos postergados tras el congelamiento de algunos precios y las expectativas elevarán más la inflación, dañando en mayor medida el poder adquisitivo de los hogares de menores ingresos”.
En este contexto, desde LCG advirtieron que la aceleración en los niveles de inflación luego de agosto erosionará la actualización de los salarios. “Muchas paritarias se dieron a corto plazo, dando lugar a bajos aumentos con la condición de aplicar una eventual cláusula gatillo que entrará en vigencia en lo que resta del año. De todos modos, con la devaluación dispuesta por el BCRA después de las elecciones primarias y una aceleración de la inflación, no esperamos una mejora real de los salarios para el promedio del año, dado que estos presentan mayor rigidez al momento de un ajuste que el promedio de los precios”, explicaron desde la consultora.
* Para www.ambito.com