Viotti busca en Fernando Muriel la brújula que le hace falta para enderezar un gobierno a la deriva

RAFAELA Carlos Zimerman
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carlos zimermanPor Carlos Zimerman

Desde hace bastante tiempo sostenemos que el gobierno municipal de Leonardo Viotti va a la deriva. De hecho, estamos convencidos de que, desde que asumió en 2023, nunca ha encontrado el rumbo, y eso se refleja solo al caminar por las calles de la ciudad. Tras las elecciones de medio término y la catastrófica derrota del oficialismo en Rafaela, aún invirtiendo una fortuna pocas veces vista en publicidad y en la compra de voluntades de un periodismo mediocre que reina en la ciudad, todo empeoró. Las calles siguen sucias y rotas, las veredas siguen siendo un desastre, la "caca" de las palomas no tiene solución y las obras que se encaran son de lento desarrollo, casi imperceptible como es el caso de la plaza.

Con ese panorama, nos atrevemos a afirmar que Leonardo Viotti tiene el "boleto picado" y le será muy difícil, por no decir imposible, ser reelegido en 2027. En las últimas horas, ha surgido la versión de que el abogado Fernando Muriel podría ser uno de los apellidos que vendrían a tratar de refrescar un gobierno anodino, aunque se menciona que lo haría en reemplazo de Germán Bottero. Estamos en condiciones de afirmar que Bottero no se irá del gabinete, que permanecerá en el puesto que hoy ocupa y que los cambios se harán en otras áreas. Gabriel Cáceres es uno de los que tendría los boletos para marcharse; el cuestionado Averso, por razones obvias, sería el otro. Todo apunta a que Alejandra Sagardoy tendría un lugar en el nuevo gabinete, aunque falta saber en reemplazo de quién, salvo que Viotti insista en nombrar gente con los recursos de los Rafaelinos. La figura de Fernando Muriel podría servir como brújula para darle rumbo a un gobierno desorientado; se pretende aprovechar su experiencia y sus lazos con el peronismo. Al fin y al cabo, nadie sabe si Fernando Muriel es peronista, socialista o radical.

Las obras en ejecución son uno de los focos de conflicto en el gabinete actual y motivo de preocupación para Muriel. Los arreglos de la plaza y las veredas del centro parecen estar tomando más tiempo del previsto y el malestar se siente. Muriel le manifestó a un allegado directo que su gran miedo es que, si no se le otorga el poder necesario para ordenar esos desastres, su presencia poco o nada servirá, y el desgaste que sufrirá será considerable e innecesario.

Otra de sus dudas es sumarse a un gobierno sin futuro. Se le escuchó decir el fin de semana pasado que no tiene intención de ser "el Scavino" del gabinete, en referencia al apoyo que el concejal electo recibió de Viotti y a la flojísima performance que tuvo en las elecciones.

"El problema no eres tú, Fernando, el problema es el intendente que, inexorablemente, será tu jefe", le dijeron los cercanos a Muriel, quienes no ven con buenos ojos su posible incorporación a las filas de un Viotti muy golpeado y cuestionado.

Así están las cosas en el quinto piso: todo es desorganización y desorientación. Aquellos que piensan que con Fernando Muriel han sacado un conejo de la galera podrían encontrarse en poco tiempo con un salvavidas de plomo, no por culpa de Muriel, sino por los dos años de un desgobierno pocas veces visto en Rafaela en los últimos 30 años y un tiempo muy corto para tratar de revertir lo poco y nada que se hizo en los últimos dos años.

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