


Optimismo moderado: empresarios proyectan más contrataciones en 2026 pese a la caída del empleo y el consumo
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- La ENE de ManpowerGroup muestra una intención neta de contratación de +10 para el primer trimestre de 2026.
- Finanzas, Seguros, Construcción y Bienes Raíces encabezan las mejores perspectivas sectoriales.
- Argentina mejora en el ranking global, pero sigue rezagada respecto de sus vecinos.
- Las regiones NEA, Patagonia y Pampeana lideran las expectativas positivas.
- El optimismo aún no se traduce en contrataciones efectivas: prevalece la cautela.
- La reforma laboral podría mejorar el clima de empleo, pero dependerá del repunte económico y de políticas de formación laboral.
En un contexto marcado por el cierre de empresas, suspensiones y retracción del consumo, los últimos datos oficiales muestran que el empleo registrado continúa reduciéndose y que la desocupación abierta ya alcanza el 7,5%. Pese a ese panorama, distintos indicadores privados comienzan a mostrar ciertos signos de recuperación en las expectativas, particularmente de cara a 2026. La Encuesta de Expectativas de Empleo (ENE) elaborada por ManpowerGroup para el primer trimestre del próximo año confirma esa tendencia: los empleadores argentinos registran una intención neta de contratación de +10, una mejora de cinco puntos respecto del trimestre anterior.
Según el relevamiento, el 30% de las empresas consultadas planea aumentar su dotación, el 18% prevé reducirla y el 35% no espera cambios. Con estos números, la Argentina abandona el último puesto del ranking global de expectativas —posición que ocupó durante largos períodos— y se ubica en el escalón 36 entre 41 países. Sin embargo, aún queda lejos del desempeño de sus vecinos: Brasil encabeza la tabla con una ENE de +57%, seguido por Guatemala, Estados Unidos y México, todos con niveles de intención de contratación sensiblemente mayores.
Luis Guastini, Director General de ManpowerGroup Argentina, destacó que la mejora en las expectativas surge en un escenario todavía frágil. “No estamos frente a una tendencia generalizada, sino ante una recuperación sectorizada”, señaló. Entre los rubros que traccionan el optimismo se destacan Finanzas y Seguros —que lidera las proyecciones con una ENE de +27%— y Construcción y Bienes Raíces, con una expectativa de +20%. Este último sector, uno de los más golpeados en los últimos años, muestra señales de repunte impulsadas por un mayor dinamismo del mercado inmobiliario y por licitaciones de obra pública previstas para el próximo año.
El estudio también revela una heterogeneidad importante en otros sectores. La industria manufacturera y el comercio muestran expectativas positivas de +15% y +8%, respectivamente, aunque con comportamientos divergentes en su interior. En comercio, por ejemplo, la logística vinculada al canal digital sostiene la expansión, mientras que el comercio tradicional continúa afectado por el bajo consumo. Pese a la debilidad macroeconómica, Guastini remarcó que no se observan decisiones generalizadas de achicamiento ni despidos masivos: las compañías optan por “una estrategia de espera”, atentas a la evolución de la economía y al impacto potencial de la reforma laboral.
A nivel regional, todas las zonas del país —con excepción de Cuyo— prevén incrementar sus nóminas en el primer trimestre de 2026. El NEA lidera con una ENE de +15%, seguido por la Patagonia y la región Pampeana, ambas con +13%. Cuyo, en cambio, se mantiene en terreno neutro con una expectativa de 0%. La encuesta también muestra que las empresas pequeñas (de 10 a 49 empleados) son las que proyectan mayor dinamismo, con una ENE de +16%, seguidas por firmas medianas y grandes.
En paralelo a la mejora en las expectativas, crece la atención sobre el proyecto de reforma laboral que el Gobierno busca aprobar en las sesiones extraordinarias. Según el borrador circulante, el paquete incluye beneficios impositivos y mecanismos diseñados para reducir el costo de contratación y el riesgo de litigiosidad. Para Guastini, una reforma de este tipo “podría contribuir a mejorar el entorno para la generación de empleo, pero no debe interpretarse como una solución automática”. La actividad económica, subrayó, sigue siendo la condición indispensable para que las contrataciones se concreten.
El ejecutivo planteó que una reforma efectiva debería abordar obstáculos estructurales como la simplificación de trámites, la seguridad jurídica, incentivos para PyMEs y la modernización de convenios colectivos. Pero también destacó un punto menos visible: la necesidad de proteger la empleabilidad más que el puesto de trabajo en sí mismo. En un mercado donde las habilidades se vuelven obsoletas con rapidez, consideró clave acompañar cualquier cambio normativo con políticas activas de formación, reconversión y desarrollo de competencias.
De cara a 2026, las expectativas parecen mejorar, pero el clima empresarial se mantiene prudente. La encuesta muestra optimismo, aunque todavía no se ve un cambio consistente en el comportamiento del mercado. En un contexto económico atravesado por la incertidumbre, las empresas prefieren evaluar el escenario antes de avanzar en contrataciones masivas. Aun así, los primeros indicios marcan que, tras años de deterioro, algunos sectores podrían estar comenzando a transitar un sendero de recuperación moderada.





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