


La CGT define su estrategia para frenar la reforma laboral mientras crecen las tensiones internas
POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
- La CGT reúne al nuevo Consejo Directivo para definir cómo frenar la reforma laboral.
- Hay tres estrategias en debate: movilización, lobby político o un plan mixto.
- El Gobierno hizo concesiones, pero la CGT mantiene su rechazo total al proyecto.
- Persisten tensiones internas por la conducción y los tiempos de convocatoria.
- La CATT ya expresó una postura dura y reclama mayor unidad sindical.
- La central articula acciones con bloques legislativos opositores para bloquear la reforma.
A horas de que el Gobierno de Javier Milei presente en el Congreso su proyecto de reforma laboral, la Confederación General del Trabajo (CGT) activará este mediodía el primer plenario del nuevo Consejo Directivo, elegido en octubre pasado. El encuentro, previsto para las 12 en la histórica sede de Azopardo, tendrá como eje central la definición de una estrategia conjunta para bloquear la iniciativa oficial. En la mesa conviven posturas diversas: desde quienes impulsan una movilización inmediata frente al Parlamento hasta quienes prefieren intensificar el lobby político sobre gobernadores y legisladores para restarle sustentos a la propuesta.
Los cotitulares de la central, Octavio Argüello (Camioneros), Jorge Sola (Seguros) y Cristian Jerónimo (Vidrio), presentarán un informe sobre las conversaciones mantenidas con funcionarios del Gobierno para intentar moderar algunos puntos del proyecto. El reporte será complementado por Gerardo Martínez (UOCRA), representante cegetista en el Consejo de Mayo, quien participó de las negociaciones técnicas. Aunque en algunos aspectos el oficialismo accedió a pedidos gremiales —como mantener intactas las cuotas sindicales y ratificar que sólo los gremios con personería podrán firmar convenios por empresa— la postura interna sigue siendo de rechazo total. “La reforma sólo plantea una quita de derechos”, sintetizó Jerónimo en declaraciones recientes.
Con ese telón de fondo, la CGT redactará este jueves un documento que formalizará su rechazo a la reforma y fijará los lineamientos de la estrategia a seguir. Pero la discusión promete ser intensa. Los sectores más duros, especialmente los vinculados al transporte, impulsan una movilización frente al Congreso el mismo día en que comience el tratamiento legislativo. Consideran que una demostración de fuerza en la calle es indispensable para frenar el avance del Gobierno. Sin embargo, dirigentes con mayor vocación dialoguista plantean dudas: advierten que enero no es un mes propicio para una convocatoria masiva, con muchos trabajadores de vacaciones, y temen que un fracaso en términos de asistencia debilite la posición sindical.
Entre ambas posturas, se abre camino una alternativa intermedia que propone combinar distintas herramientas: asambleas informativas, movilizaciones sectoriales y un refuerzo de las presiones políticas sobre las provincias. La consigna es evitar que la reforma alcance el número de votos necesario, y para ello se mira especialmente a gobernadores indecisos y bloques legislativos inestables.
La deliberación se dará en un clima interno enrarecido. Algunos dirigentes de peso, relegados en la nueva estructura de poder de la CGT, reclaman un rol más activo en la toma de decisiones y cuestionan la demora de dos meses en convocar al Consejo Directivo desde su elección el 5 de octubre. Aseguran que la conducción adoptó una postura excesivamente moderada durante las primeras negociaciones con el Gobierno y que ahora la central debe recuperar centralidad para enfrentar la agenda oficial.
En paralelo, integrantes de la mesa chica cegetista mantuvieron este miércoles una reunión con el interbloque kirchnerista del Senado, liderado por José Mayans, con el objetivo de coordinar una estrategia parlamentaria conjunta. La demora en la publicación oficial del proyecto y su envío definitivo al Senado alimentó suspicacias en la dirigencia sindical, que teme que el Ejecutivo intente acelerar el trámite legislativo en sesiones extraordinarias.
El peso de la Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT) también influirá en la resolución final. Aunque esperarán el resultado de la reunión del Consejo Directivo antes de tomar medidas, ya manifestaron una posición dura. En el 3° Congreso Federal de su Juventud, los gremios del sector aprobaron una declaración en la que calificaron a la reforma como una “brutalidad” derivada del mal desempeño electoral del peronismo y reivindicaron los convenios colectivos como motor de derechos. Su titular, Juan Carlos Schmid, llamó a construir “el mayor grado de unidad posible” para enfrentar el proyecto, pese a admitir que buena parte de la sociedad considera que la reforma podría beneficiarla.
El secretario de Prensa de la CATT, Horacio Calculli, reforzó esta línea al subrayar la necesidad de fortalecer la representación sindical dentro del Congreso. “Es importante ser reconocidos como actores sociales en la discusión pública. Tenemos cuadros preparados para esas discusiones”, expresó.
La reunión de hoy no definirá todo, pero marcará un punto de partida para la pulseada que se avecina. La CGT enfrenta el desafío de sostener su unidad interna, sintetizar tácticas divergentes y articular un bloque de resistencia política en un escenario donde el Gobierno avanza decidido y los tiempos parlamentarios apremian.








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