
El filme cuenta la historia de una argentina que emigra a Bolivia con inocentes intenciones de crecimiento pero que, por obra del destino, deviene en la triste vida de una chica a la cual sus deseos, sueños y ambiciones le son hurtados con absoluta celeridad. De esta manera Amanda, su personaje, termina trabajando como prostituta y sufriendo de violencia física y emocional.
Días después de haber filmado sus escenas, Andrea Rincón confesó en Intrusos que en varias oportunidades tuvo propuestas para tener sexo por dinero. "Me ofrecieron antes de ser conocida. Siempre me pasa eso, está en uno acceder o no. Yo no y no critico ni a ella, ni a nadie que lo haga. Cada uno puede hacer con su cuerpo lo que quiera. No voy a hablar mal de Ritó por haberlo hecho. Yo dormí en una plaza, me cagué de hambre, ahora no me falta nada. No tiene sentido", expresó en aquel entonces.












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