Las cuatro cartas que Sergio Massa puede llevar al póker con el FMI

La postergada cumbre Joe Biden- Alberto Fernández llega rodeada de aproximadamente 20.000 mil millones de dólares de merma en las exportaciones de 2023 por la sequía, por lo que el ministro de Economía, Sergio Massa, pondrá sobre la mesa, este miércoles en Washington, las cuatro variables fundamentales que regulan el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional ( FMI) para preguntar: ¿qué meta podríamos flexibilizar?

Sería una tercera renegociación por flexibilización de la metas a cumplir para recibir los desembolsos del FMI la que planteará Argentina al crédito stand by que le dio la extitular del Fondo Christine Lagarde al expresidente Mauricio Macri en 2018 por 57.000 millones de dólares, de los cuales se monetizaron 44.500 millones de dólares. En 2022, el exministro Martín Guzmán firmó con la titular del FMI, Kristalina Georgieva, el acuerdo de facilidades extendidas vigente. Ahora Massa y el propio Fernández buscan retocar plazos y compromisos.

Estados Unidos tiene la acción de oro del FMI. La presencia en la bilateral de la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, puede ser clave para la delegación argentina. Al término de la cumbre, Massa se encontrará con Gita Gopinath, la segunda de Georgieva, quien está de visita en China. En esa cita se desplegará un abanico que suma hasta cuatro opciones para intentar cambiar los objetivos cuantitativos. Si no hay flexibilización de metas, para no incumplir el acuerdo Massa deberá aplicar recorte en partidas provinciales y apurar el retiro de los subsidios de las tarifas.

Costo financiero: La Argentina paga más del 7% anual de intereses sobre la deuda y por haber recibido un préstamo extraordinario cuya cifra supera el límite que le corresponde al país por su participación en el FMI. Actualmente son 3.000 millones de dólares por año que se pagan por fuera de la devolución de capital. La tasa aumentó por la crisis financiera global. Cuando negoció Guzmán, las tasas eran del 1,7% anual, pero esas tasas aumentaron. Argentina paga 3 puntos porcentuales de sobretasa.
Déficit fiscal: El país debe reducir su déficit fiscal anual al 1,9% del PBI. Sin embargo ya consumió, en dos meses, el 98% del objetivo acordado para el primer trimestre. En marzo no debería tener déficit para seguir dentro del pacto.

Reservas: La meta para el piso en el Banco Central en 2023 es de 4.800 millones de dólares. Massa ya tiene el compromiso de que le van a permitir acumular 2.000 millones menos, si bien el FMI aún no lo informó. Eso lo consiguió en la cuarta revisión, donde el staff del organismo de crédito se negó a tocar la meta del déficit fiscal. La cuarta revisión del acuerdo, cuando lo apruebe el board del Fondo, disparará un desembolso de US$ 5.300 millones para pagar los próximos vencimientos de marzo y abril.

Asistencia del BCRA al Tesoro: Existe el compromiso de “frenar” la célebre maquinita. Días atrás, Massa recurrió por primera vez desde que asumió en agosto pasado a los Adelantos Transitorios. Las metas comprometidas con el FMI son emitir hasta el 1% del PBI en 2022; 0,6% en 2023 y nada en 2024. Los economistas aseguran que la “economía creativa” permite asentar transferencias al Tesoro sin romper esa regla.

El economista Joel Lupieri, consultado por Letra P, opinó sobre la reunión de este miércoles que “será trascendental si Massa puede negociar una flexibilización en las metas de déficit y de reservas". "Debería pedir que se le permitiese superar la meta del 1,9%. Como mínimo, si pudiese mantener el techo de 2,5% de la última revisión. Está el dato del año electoral", apuntó.

"En cuestión de reservas, el 2023 será muy malo. A la caída de las exportaciones se suma que el BCRA ve mermar su capacidad de intervención frente a un mercado que se encuentra voraz por los dólares; por lo que el FMI le podría pedir al ministro alguna corrección cambiaria discreta, o una aceleración en el ritmo de devaluación, a fin de lograr desacelerar el ritmo de caída de los dólares en el BCRA”, consideró.

Por su parte, el economista de la UNLP, Maximiliano Ramirez, dijo que el FMI "es muy duro" frente a la modificación de las metas. "El pedido de flexibilización del déficit fiscal se justifica porque la sequía genera menor ingreso de divisas, menos recaudación y la restricción de dólares produce una caída en el nivel de actividad. Eso nos lleva a un crecimiento negativo para 2023 de entre el 2% o el 3% del PBI".

"Para rever las metas de acumulación de reserva, que actualmente están en 2.000 millones de dólares, se podría ajustar la meta anual y la trimestral. Argentina debería pedir un cambio de estacionalidad de acumulación de reservas porque este año no va a tener un segundo trimestre fuerte por la sequía", afirmó.

En declaraciones a la AM 530, el diputado del Frente de Todos Carlos Heller sugirió que el negociador debería pedir "una rebaja en el alto costo financiero que paga el país por el crédito del FMI". "La tasa con que se inició este crédito era 1,2% anual y hoy la suba de las tasas de los países centrales nos dejaron la tasa en el 4,5% anual, más la sobretasa que nos obliga a pagar por el tamaño del crédito que tomó Macri”, argumentó el presidente del banco Credicoop.

Massa llegó a Washington con un drenaje muy importante de las reservas del BCRA y con la imposibilidad de financiar el Tesoro por la caída de las retenciones al agro y la merma de la actividad que genera la falta de dólares para importar en otros sectores productivos. Además de la inflación que no frena y el nuevo récord de cotización que alcanzó el dólar blue. En 2023, por efecto de la sequía y las heladas tempranas, Argentina dejará de exportar por una cifra cercana 20 mil millones de dólares en soja, maíz y trigo, según estimaciones del área de Agricultura de los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA). Con ese hueco en las reservas internacionales del BCRA y la actual organización del mercado de cambio, el país no podrá mantener el nivel de importaciones del 2022, cuando aumentaron un 29% y llegaron a 81.533 millones de dólares.

FUENTE: LETRAP.COM