Al gobernador Omar Perotti le quedan ocho meses y monedas de gobierno. Con un proceso electoral que amanece, ese tiempo se esfuma, es arena en la mano. Por ese motivo, el rafaelino comenzará este lunes, en la apertura de sesiones de Santa Fe, a blanquear su futuro dentro del peronismo. No habrá anuncios de candidaturas ni abrazos de padrino, pero sí habrá marcada de horizonte. Dejará en claro cuál es plan.
Perotti repasará en extremo su gestión. Lo hará, larguero, por más de dos horas. Su discurso no será un resumen del último año, no. El gobernador venderá, casi en cadena provincial, lo que entiende que son los logros de su paso por la Casa Gris.
Perotti también se ocupará de vender su peronismo, o el peronismo que él quiere imponer en la disputa interna. Sobre el final del discurso, el gobernador avisará que abogará por la continuidad de su sector político. No la del PJ, no la del Frente de Todos, sino la del perottismo. Su visión de mundo.
Lo hicieron sus antecesores, Antonio Bonfatti y Miguel Lifschitz. Luego de ser gobernadores, sostuvieron una cuota de poder desde la Cámara de Diputados. Perotti va en el mismo camino, ser candidato a diputado provincial para ganar la categoría y continuar como referencia política en la provincia ya sea como opositor del frente Unidos o segundo de un gobernador cumpa.
La disputa que Perotti quiere dar también es de sentido. El gobernador quiere mantener liderazgo para imponer su peronismo provincial, el que prioriza los intereses de Santa Fe por sobre los nacionales. “La lógica nacional no garpa en el interior”, blanquea uno de sus lugartenientes.
En la disputa interna a futuro del peronismo, Perotti va a jugar su partido. Querrá revalorizar la identidad santafesina y marcarle una frontera a Buenos Aires. También destacará la relación con Córdoba y Entre Ríos, provincias con las que comparte matriz productiva. Un peronismo que emerge desde la gestión y no desde lo ideológico. “Cuando nacionalizás las comunas te putean en mil colores”, confiesa un funcionario provincial.
La semana pasada arrancó su camino electoral. Bajó su línea, su mantra: “El candidato soy yo”. A menos de dos semanas del cierre de listas, aún no definió su precandidato. Es verdad que corre con ventaja el diputado Roberto Mirabella, pero hasta el 12 de mayo falta mucho. Esa es otra demostración de que Perotti quiere mantenerse en el centro hasta el último minuto. "La sortija la tengo siempre yo", así funciona la cabeza del gobernador.
No obstante, tiene que ganar Diputados para concretar su plan de futuro. En el gobierno lo dan casi como un trámite, se apoyan en encuestas muy positivas en el interior de la provincia, fuera de Rosario – sobre todo – y Santa Fe. Pero en la oposición se entusiasman con mediciones que lo dan a Perotti muy bajo en la ciudad más poblada de la provincia. Haber prometido paz y orden y devolver récord de homicidios tiene sus costos. “En Rosario estamos mal”, admite otro funcionario de primera línea.
El plan de Perotti seguramente tendrá rivales. En campaña, en la categoría a gobernador, tienen matriz diferente. Promueven un peronismo santafesino en línea con el nacional. Leandro Busatto, Marcos Cleri y Eduardo Toniolli tienen palancas en las diversas tribus nacionales del PJ, la Corriente de la Militancia, La Cámpora y el Movimiento Evita, respectivamente. Y también está el senador Marcelo Lewandowski, que hace una suerte de doble juego. Come por dentro y fuera del peronismo, matiza producción con ideología.
A todos ellos, Perotti les planteará una lucha en términos políticos. El gobernador quiere un peronismo a su semejanza y este lunes largará su campaña para lograrlo.
FUENTE: LETRAP.COM.AR