Un armado de tercios

El gobernador Omar Perotti, el precandidato a sucederlo Marcelo Lewandowski y el ministro de Economía Sergio Massa crearon una UTE. Para la campaña que liderará el senador en Santa Fe, acordaron el desembolso de tres montos idénticos. Nadie pone más que el otro, nadie es jefe de nadie y cada uno tiene su ganancia. El ministro de Transporte, Diego Giuliano, es el garante del tigrense para que el vínculo de desconfianza entre el rafaelino y el periodista no reviente por los aires.

Si Massa anuncia el 10 de junio su precandidatura presidencial cosechará en Santa Fe dos apoyos de peso: el de Lewandowski y el de Perotti. Al senador lo empuja o sostiene, sobre todo cuando pensó en correrse del cierre. El gobernador es un aliado estratégico que lo bancó desde el vamos, aún con los magros resultados que acumula.

Lewandowski quería ser precandidato y lo logró. Tiene muy buenos números en Rosario y alrededores, pero carece de estructura y aparato. Sin aliados no iba a ningún lado. Se esfuerza por no venderse como el candidato de Perotti, pero necesita del gobernador para crecer, y existir, en el centro norte de la provincia.

Perotti consiguió lo que buscaba, ser cabeza de lista en Diputados de una nómina en la que concedió apenas dos de 28 nombres. Nada. Ni siquiera le dejó un hueco a su vicegobernadora Alejandra Rodenas. Si Lewandowski pierde, el mandatario se ocupará de que no le adjudiquen la derrota. Si en cambio gana, se creerá socio y pedirá lo suyo.

Perotti necesitaba del senador para mejorar su imagen en Rosario, donde está realmente muy dañada. Se usarán mutuamente y arrecian las preguntas sobre la convivencia de ambos en plena contienda. Como para arrancar, ¿quién coordinará la campaña? ¿Perotti delegará toda la estrategia?

El periodista, por su parte, no quiere que lo encasillen como el candidato de Perotti. Le gusta definirse como un producto del “consenso y el acuerdo”. Pero su relación con el gobernador, le guste o no, sobrevolará toda la campaña. Por algo su rival Leandro Busatto le recuerda, les recuerda a los dos, que son lo mismo.

En ese marco, emergen preguntas más sensibles, bien medulares. Con la convocatoria a los precandidatos y precandidatas y sus equipos técnicos en seguridad, Perotti comenzó la transición de gobierno. Pretende, de ahora en más, coparticipar riesgos en el área más caliente de gobierno, donde prometió paz y orden y entregó más homicidios y violencia.

Ahora bien, ¿qué hará Lewandowski? ¿cuál será el equipo técnico del precandidato oficialista? ¿El senador llevará su propia gente o su especialista será el actual ministro Claudio Brilloni? ¿Es cambio o continuidad?

En la reveladora entrevista que Roberto Caferra le hizo en Radio 2, el senador no dio nombres sobre su equipo en seguridad, pero admitió que habla con “muchos actores de equipos técnicos de todo el país” dentro de la materia. En el mismo diálogo, señaló que Rosario “hace mucho tiempo tiene sus barrios abandonados” y observó también “responsabilidad de Nación”.

En ese tren de desconfianza natural entre Perotti y Lewandowski, Giuliano, de paciencia inabarcable, hace el trabajo de garante. El aporte de Massa a la UTE le da respaldo nacional y cobijo a la sociedad, el justo y necesario como para que el gobernador y el precandidato no pongan peros el 24 de junio a la elección del titular de Transporte como cabeza de lista legislativa.

Con informacion de Letra P, sobre una nota de Pablo Fornero.