El contundente mensaje del mercado: se agotó la primera fase del plan Milei y ahora preocupa el segundo semestre
ECONOMÍA Virginia Porcella*El cambio de humor de los mercados durante la última semana, en la que bonos y acciones anotaron caídas significativas que promediaron 10% y con un nivel de riesgo país que ahora roza los 1.600 puntos básicos, expuso con luces de neón lo que inversores, empresarios, economistas y el propio Gobierno ya advertían como una realidad inexorable: la primera etapa de la gestión económica llegó a su fin. “La emergencia se ha superado” y ahora el Gobierno entra en una fase crítica en la que se esperan resultados de fondo, observan los analistas del mercado.
El principal de ellos, las reformas que se plantean en la Ley Bases y el levantamiento del cepo cambiario.
La gestión de Milei llega a las puertas de la segunda parte del año con un tremendo logro y un gran déficit (claramente, no fiscal).
En la primera columna, se anota la acelerada caída de la inflación. El indicador que se conocerá el jueves marcará el menor avance mensual de precios en más de dos años, tras un proceso de sinceramiento y corrección de precios relativos. El mercado pondera ese avance, no sólo por estar sustentado en el férreo compromiso de superávit fiscal sino porque es el principal factor que contribuye a sostener el apoyo popular a Javier Milei quien, por ahora, cuenta con ese único activo a falta de músculo político.
En la segunda columna, en tanto, el Presidente cumplió seis meses de gestión sin ningún avance en las reformas estructurales que impulsó desde los primeros días de gestión: la Ley Bases amaga con pasar el filtro del Senado, pero nada está asegurado.
Máxime cuando desde la oposición avanzan en leyes con el espíritu contrario, como mayor aumento a los jubilados por la supuesta compensación de la inflación de enero. Los inversores tomaron nota no sólo de lo difícil que será para Milei sostener el equilibrio fiscal sino también de lo fácil que es para el Congreso volver al déficit.
”Fue una grata sorpresa ver a Milei al principio haciendo un diagnóstico claro, enfrentando una situación muy complicada. Hay que darle crédito porque empezó realmente una primera etapa con objetivos claros, como aumentar las reservas internacionales, sincerar precios, reducir el déficit fiscal, de que el ajuste de precios no nos llevara a una inflación descontrolada y mantener un acuerdo con el FMI. Hasta hace dos semanas realmente todo anduvo sobre ruedas”, consideró el economista Miguel Kiguel quien advirtió que eso acaba de cambiar.
“Ahora entra en una segunda etapa”, afirmó el ex subsecretario de Finanzas. A partir de ahora, el Gobierno debe no sólo consolidar los resultados del primer semestre sino avanzar en uno de los objetivos centrales de corto plazo de la política económica financiera: reducir el riesgo país por debajo de los 1.000 puntos básicos.
Pero en los últimos días, el movimiento fue el inverso. Con la suba de la última semana, los agentes del mercado corrieron a calcular el total de vencimientos de la deuda el próximo año. La cifra, de USD 17.000 millones, resulta fácil de refinanciar en un contexto de estabilidad macroeconómica, pero luce como un enorme desafío para un país con cepo cambiario. De ahí la ansiedad del mercado y hasta la impaciencia por ver avances más contundentes en esa dirección.
En ese contexto, existen mojones clave. El primero de ellos será alcanzar durante los próximos meses un nuevo entendimiento con el Fondo Monetario que tal vez logre descomprimir presiones.
Otra vez, la Ley Bases aparece como la primera puerta a franquear para lograrlo. Todo indica que en ese marco, el Gobierno deberá insistir con el pedido de fondos frescos.
El equipo económico que conduce el ministro Luis Caputo está dispuesto a asumir una nueva devaluación pero sólo en el contexto de la unificación cambiaria, siempre y cuando estén asegurados los resortes para evitar una desborde de expectativas y desestabilización. En otras palabras, sin reservas cómodamente en terreno positivo, algo que todavía está lejos de suceder, la eliminación de las restricciones cambiarias es una expresión de deseos, pero un objetivo sine que non para evitar nuevos cimbronazos en el mediano plazo.
“El equilibrio sigue siendo muy delicado. Frente a este contexto no vemos que la salida del cepo sea inminente. A pesar de los claros avances en materia fiscal y externa, el levantamiento de las restricciones cambiarias será, en el mejor de los casos, gradual”, aseguraron los analistas del equipo de Consultatio.
* Para www.infobae.com