



En los últimos años, la eliminación de harinas de la dieta se ha convertido en una tendencia creciente. Muchas personas han optado por reducir o eliminar alimentos que contienen gluten, una proteína presente en el trigo, cebada y centeno, a menudo sin una indicación médica clara.
El Licenciado Javier Alberici, investigador del Instituto de Ciencias Sociales (INSOD), cuestiona esta moda: “¿Realmente es mejor dejar las harinas?”. Alberici afirma que la evidencia científica es contundente: las personas sin diagnóstico de enfermedad celíaca no obtienen beneficios saludables significativos al eliminar el gluten. De hecho, esta decisión puede acarrear riesgos nutricionales. En Argentina, la harina de trigo está fortificada con hierro, ácido fólico y vitaminas esenciales, que son fundamentales para prevenir deficiencias en la población. Dejar su consumo sin un adecuado reemplazo puede provocar desequilibrios nutricionales difíciles de detectar.
El especialista precisó que no es necesario demonizar las harinas; la calidad y la cantidad consumida son cruciales. “No es lo mismo una galleta ultraprocesada, rica en azúcares y grasas, que un pan integral con semillas, que aporta fibra y nutrientes”, aclaró.
Respecto a los productos “libres de gluten”, Alberici indicó que muchos son ultraprocesados y podrían ser menos saludables, con mayores niveles de azúcares, grasas y aditivos. “Comer sin gluten no siempre significa comer mejor. A menudo, es lo contrario”, advirtió.
Además, subrayó el riesgo de que aquellos que sospechan ser celíacos eliminen el gluten antes de realizarse las pruebas necesarias. “Los análisis de sangre y biopsias intestinales requieren la presencia de gluten en la dieta. Si se ha eliminado, los resultados pueden ser erróneamente negativos, retrasando el diagnóstico”, enfatizó.
Alberici concluyó que, aunque el único tratamiento para la enfermedad celíaca es una dieta estricta sin gluten, fuera de este contexto no hay justificación suficiente para eliminar harinas. Las opciones integrales, cuando se consumen con moderación y dentro de una dieta variada, pueden ser beneficiosas. “Las modas pasan, pero las necesidades del cuerpo permanecen. Comer bien implica tomar decisiones informadas, y las harinas pueden ser aliadas en una alimentación equilibrada”, finalizó.






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