

Presupuesto primero, reforma después: el Senado define el ritmo del cierre parlamentario
POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
- El Presupuesto 2026 ya ingresó al Senado y comenzó su tratamiento en comisión
- El oficialismo apunta a sesionar el 26 de diciembre para sancionar la ley de gastos
- Abdala advirtió que, sin Presupuesto, el Estado volvería a funcionar con normas prorrogadas
- La reforma laboral no tiene urgencia de calendario y podría tratarse recién en febrero
- El dictamen está avanzado, pero el Senado buscará escuchar a los sectores involucrados
- El Gobierno diferencia prioridades para cerrar el año sin sumar nuevos focos de tensión
Con el calendario parlamentario corriendo contra el reloj, el oficialismo comenzó a delinear el cierre del año legislativo en el Congreso. El presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala, expuso los tiempos y las prioridades del oficialismo y dejó en claro que el tratamiento del Presupuesto 2026 y de la reforma laboral seguirán carriles distintos, tanto por urgencia como por lógica política.
Durante una entrevista radial, Abdala confirmó que el proyecto de Presupuesto 2026 ya ingresó formalmente al Senado tras obtener media sanción en la Cámara de Diputados y que comenzó su recorrido por las comisiones. El objetivo del Gobierno es avanzar con el debate en los próximos días y llevar el texto al recinto el 26 de diciembre, en una sesión clave para evitar que el Estado vuelva a operar sin una ley de gastos aprobada.
El senador remarcó que la urgencia en torno al Presupuesto no responde a una estrategia política sino a una necesidad institucional. Se trata de la norma que define los recursos y erogaciones del Estado para el próximo ejercicio y, de no sancionarse antes de fin de año, el Ejecutivo debería administrar nuevamente con un esquema prorrogado. Ese escenario, habitual en los últimos años, es uno de los puntos que el Gobierno busca dejar atrás como señal de previsibilidad y orden fiscal.
En ese sentido, Abdala subrayó que el oficialismo considera prioritario cerrar el año con un Presupuesto aprobado por el Congreso, luego de varios períodos en los que la falta de acuerdo parlamentario derivó en una mayor discrecionalidad del Poder Ejecutivo. La convocatoria a sesionar antes de fin de diciembre apunta, justamente, a consolidar esa meta y enviar una señal política tanto hacia el interior del país como a los mercados.
Distinta es la situación de la reforma laboral. Según explicó el presidente provisional del Senado, el proyecto no tiene una urgencia de calendario comparable con la del Presupuesto. Si bien sostuvo que el oficialismo cuenta con los votos necesarios para su sanción, aclaró que el debate podría retomarse recién en febrero, una vez iniciado el próximo período de sesiones.
Abdala explicó que el dictamen ya se encuentra avanzado, pero consideró necesario abrir una instancia de mayor escucha antes de llevar la iniciativa al recinto. En ese marco, buscó transmitir tranquilidad a los distintos sectores involucrados y afirmó que la reforma será tratada “cuando estén dadas las condiciones políticas”. La definición marca un giro respecto de la intención inicial de acelerar los tiempos y aprobar el proyecto antes de fin de año.
La diferenciación entre ambos temas no es menor. Mientras el Presupuesto aparece como una obligación institucional impostergable, la reforma laboral se mueve en un terreno más sensible, atravesado por resistencias sindicales, negociaciones con gobernadores y equilibrios parlamentarios más delicados. Postergar su tratamiento permite al oficialismo ganar margen de maniobra y reducir tensiones en un cierre de año ya cargado de debates complejos.
Las declaraciones de Abdala también funcionan como un mensaje hacia la oposición y hacia los propios aliados. En el caso del Presupuesto, el oficialismo apuesta a sostener el consenso logrado en Diputados y evitar sobresaltos en el Senado. En cuanto a la reforma laboral, en cambio, la señal es que no habrá imposiciones apresuradas y que el diálogo seguirá siendo una herramienta central.
De este modo, el Senado se encamina a un cierre de año con una agenda acotada pero decisiva. El Presupuesto 2026 concentra la urgencia y el esfuerzo político inmediato, mientras que la reforma laboral queda en pausa, a la espera de un clima más favorable. La estrategia busca ordenar prioridades y evitar que la acumulación de conflictos complique el tramo final del calendario legislativo.




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