Argentina redobla su presión diplomática contra el régimen de Maduro en la ONU

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • Argentina respaldó en la ONU la presión de Estados Unidos contra el régimen de Nicolás Maduro.
  • El embajador Francisco Tropepi exigió la liberación de los presos políticos, incluido el gendarme Nahuel Gallo.
  • El Gobierno calificó al régimen venezolano como ilegítimo y responsable de una grave crisis regional.
  • La Argentina reconoció a Edmundo González Urrutia como presidente electo de Venezuela.
  • Se destacó la suspensión de Venezuela del Mercosur por violar el Protocolo de Ushuaia.
  • Activistas de derechos humanos elogiaron el firme posicionamiento diplomático argentino.

La Argentina volvió a endurecer su postura frente al gobierno de Nicolás Maduro y respaldó de manera explícita la presión que Estados Unidos ejerce sobre Venezuela, esta vez en el ámbito del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El posicionamiento fue expresado por el embajador argentino ante el organismo internacional, Francisco Tropepi, quien reclamó la liberación de los presos políticos y denunció la crisis institucional, humanitaria y de derechos humanos que atraviesa el país caribeño.

Durante su exposición, el diplomático hizo foco en el caso del gendarme argentino Nahuel Gallo, detenido en Venezuela desde el 8 de diciembre de 2024 y alojado en el centro de detención Rodeo 1. Tropepi calificó la situación como una desaparición forzada y exigió su liberación inmediata, en línea con una política exterior que, desde el inicio de la gestión de Javier Milei, adoptó un discurso de confrontación directa con el chavismo.

El embajador recordó que el propio Presidente, durante la última Cumbre del Mercosur, había saludado la presión ejercida por Estados Unidos “para liberar al pueblo venezolano”. En ese marco, Tropepi reiteró la “profunda preocupación” del Gobierno argentino por lo que definió como una grave crisis política, social y humanitaria que trasciende las fronteras venezolanas y afecta a toda la región.

En su intervención, la representación argentina sostuvo que el régimen de Maduro carece de legitimidad política y es responsable de un deterioro sistemático del Estado de derecho. La persistencia de la impunidad, la represión de la oposición y el debilitamiento institucional fueron señalados como factores que alimentan la inestabilidad regional y facilitan la expansión del crimen organizado transnacional, al que el Gobierno argentino considera una amenaza concreta para la seguridad hemisférica.

Tropepi subrayó que la Argentina condena las violaciones a los derechos humanos, las detenciones ilegales y la persecución política, que —según afirmó— alcanzan no solo a ciudadanos venezolanos sino también a extranjeros e incluso a niños y adolescentes. En ese sentido, advirtió que la falta de elecciones libres y democráticas pone en jaque la paz, la libertad y la democracia en América Latina.

Uno de los pasajes centrales del discurso fue el reconocimiento de Edmundo González Urrutia como presidente electo de Venezuela, en base a lo que el Gobierno argentino considera la voluntad soberana expresada en las urnas. Esa definición refuerza el quiebre con el régimen de Maduro y se inscribe en una línea diplomática que busca alinear a la Argentina con los sectores internacionales más críticos del chavismo.

El embajador también recordó que Venezuela se encuentra suspendida del Mercosur desde 2017 por violar el Protocolo de Ushuaia, que establece la vigencia del orden democrático como condición esencial para la integración regional. Desde esa perspectiva, el restablecimiento de la democracia y el respeto irrestricto de los derechos humanos aparecen como requisitos ineludibles para cualquier normalización del vínculo con la región.

En otro tramo de su exposición, Tropepi vinculó la situación venezolana con el avance del narcotráfico, el terrorismo y el crimen organizado, al advertir que estas redes se expanden gracias a la connivencia de regímenes que, como el de Maduro, carecen de controles institucionales efectivos. Para la Argentina, no puede haber seguridad regional mientras esas amenazas sigan encontrando refugio político.

El discurso cosechó elogios de referentes de derechos humanos vinculados a la causa venezolana. Entre ellos, la activista Elisa Trotta destacó la firmeza del mensaje argentino y reclamó una respuesta clara y coordinada de la comunidad internacional. Para estos sectores, la presión diplomática sostenida es clave para forzar la liberación de los presos políticos y abrir una transición democrática en Venezuela.

Con esta intervención en la ONU, el Gobierno argentino ratifica una estrategia exterior que combina alineamiento con Estados Unidos, denuncia multilateral y un discurso centrado en la defensa de la democracia liberal y los derechos humanos, aun a costa de profundizar tensiones diplomáticas en la región.

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