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"Ni chicha ni limonada"

POLÍTICA 28/12/2022 Agencia de Noticias del Interior
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En el scrum de gobernadores que bancaron al presidente Alberto Fernández y criticaron el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que aumentó cautelarmente la coparticipación correspondiente a la ciudad de Buenos Aires, quien decidió no plegarse fue el mandamás santafesino Omar Perotti. Con la decisión de la Casa Rosada de pagarle a la capital vía bonos, el santafesino evitó pasarse de largo en la curva como sus colegas. A pesar de que sus entornistas aseguran off the record que coincide y apoya el reclamo de sus colegas, el rafaelino eligió no enfrentar públicamente a los cortesanos, en otro movimiento que se enmarca en la construcción de su imagen nacional.

Los motivos por los que Perotti decidió mantener el perfil bajo y no plegarse al movimiento de la Liga de Gobernadores se desconocen. A su alrededor adujeron “problemas de agenda” para no sumarse a la escena que reunió al Presidente y catorce mandatarios provinciales. En clave 2023, sus rivales internos aprovecharon la oportunidad para pegarle: los precandidatos a gobernador Marcos Cleri, referente de La Cámpora en Santa Fe, y Leandro Busatto, del rossismo, le exigieron públicamente que se exprese apoyando la postura del Gobierno. Llama la atención porque dichos dirigentes celebraron cuando Perotti y Santa Fe tuvieron su fallo a favor.

Perotti, por ahora, no escucha y sigue. Hace menos de tres meses lanzó una inversión en obras viales de casi 40 mil millones de pesos en el sur de la provincia, apalancados en la deuda que Nación comenzó a pagar a Santa Fe en virtud del convenio firmado en junio entre el propio Alberto Fernandez y el gobernador, lo que le permitirá al rafaelino encarar un año electoral con la plata suficiente para hacer las obras que le plazca. Esa deuda fue la que surgió del pleito que la CSJN resolvió en 2015 en favor de Santa Fe. Tampoco sea cosa de quedar como un desagradecido.

 

Aquel fallo de 2015 y este de 2022 se inscriben en una impronta provincialista en términos fiscales que la CSJN viene consolidando en sus fallos. Allí también puede encontrarse el planteo contra el decreto del expresidente Mauricio Macri post PASO 2019 que reducía IVA y Ganancias, contra el que quince provincias se presentaron aduciendo que eso les achicaba la torta coparticipable de manera inconsulta. Aquella vez, la Corte les dio la razón y le ordenó al Gobierno que banque esa reducción impositiva sin tocarle el bolsillo a las provincias.

Las similitudes están a la vista. Fallos sobre coparticipación, donde se discute plata y la Corte le da la razón a las provincias. El fallo “Santa Fe” nace en 2006, cuando se había vencido el convenio por el cual Nación podía quedarse con el 15% de la masa coparticipable y financiar con eso a la ANSES. La Nación lo renovó por ley sin acuerdo provincial y eso provocó la presentación santafesina, que tuvo éxito tras casi una década de litigio. A diferencia de ello, el fallo CABA sólo tardó dos años. “Fallo relámpago”, criticaron fuentes del perottismo, sin romper el silencio on the record.  

 Sin embargo, los casos no son idénticos. La discusión entre la Nación y Buenos Aires no es si hay que ponerla, es por cuánto. Cuando en 2016 le traspasó parte de la Policía Federal a la Ciudad, Mauricio Macri cumplió con su obligación constitucional de hacerlo junto con el financiamiento: le aumentó la coparticipación de 1,4% a 3,50%. El monto, sin embargo, causó indignación. “¿Qué le traspasaron?¿El Pentágono?” ironizó el exdiputado Jorge “Negro” Yoma, quien paradójicamente años después terminaría compartiendo espacio político con Macri de la mano de Miguel Ángel Pichetto. 

Cuando en 2020 Axel Kicillof sufrió una rebelión azul por motivos salariales, el presidente Fernandez salió en su rescate aumentando el Fondo de Fortalecimiento Fiscal de la provincia. ¿De dónde salieron esos fondos? De la coparticipación de la ciudad de Buenos Aires, que se redujo de 3,5% a 2,32%. Es decir, el Estado Nacional, ahora en manos peronistas, tasaba en 0,92% el costo de los agentes federales trasladados a la Ciudad. Lo que siguió fue historia conocida y tuvo su último capítulo en el fallo de la semana pasada.

Una digresión: tanto Macri como Fernández aprovecharon para modificar los montos que le correspondían a la Capital Federal el vacío que surge de la falta de una ley de coparticipación. El régimen actual data de 1988, cuando la Ciudad era simplemente un municipio y su coparticipación debía surgir de la que le correspondía al Estado Nacional. Luego de la reforma constitucional del 94, sucesivas leyes, acuerdos y decretos fueron estableciendo cuánto le correspondía a la Ciudad Autónoma, pero siempre de manera precaria y quedando a tiro de decreto. 

 

Otra diferencia entre ambos fallos es que, esta vez, la Corte no le puso fin al conflicto, sino que dictó una cautelar partiendo la diferencia: unos exigían 3,5%, otros ofrecían 2,32%, los supremos ordenaron que mientras dure el conflicto se pague 2,95%, una decisión criticada por los doctrinarios especializados. Aunque al principio encolumnó a los gobernadores en su desafío al Poder Judicial, el presidente Fernández terminó ofreciendo pagar en los mismos bonos atados al coeficiente CER con los que le pagó a Santa Fe y dejó a todos en off side. Horacio Rodriguez Larreta, por ahora, se niega. 

Antes del desaire de Fernández, catorce gobernadores y gobernadoras peronistas habían firmado un comunicado bancando al Gobierno. No quieren que se pierdan las obras que llevan adelante en todo el país, quizás la única virtud que Cristina Fernández le reconoce a Alberto Fernández. Tampoco quieren favorecer a un rival claro como Rodriguez Larreta de cara a la carrera presidencial. Perotti, por su parte, hace equilibrio. No quiere quedar mal con nadie. Y camina hacia 2023.

 Con información de Letra P, sobre una nota de Lucio Di Giuseppe

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