Rafaela está sucia

Hace tiempo que sostengo que Rafaela está sucia.  El centro, con muchas casas en alquiler o en venta abandonadas. Los cordones de la calle llenos de mugre y yuyos.  Ratas en la Plaza 25 de Mayo, comadrejas en pleno centro de la ciudad.  Suciedad de pájaros por doquier.  Los que tratamos de mantener limpio sabemos que todo dura exactamente 15 minutos, porque el viento se encarga de que rápidamente la mugre del resto de la cuadra venga a parar sobre lo que acabamos de dejar impecable. 

En nuestra infancia, todos teníamos más conciencia de pertenencia y se mantenía el aseo de veredas, cordones y césped.  Hoy, no sólo que son pocos los que lo hacen con sus propiedades, sino que la Municipalidad, aunque cobra el barrido y la limpieza con la tasa municipal, tampoco lo hace o verifica que los propietarios cumplan.

Hay sectores de la ciudad, como el microcentro, que demandan limpieza cuando no está atiborrado de autos estacionados.  Lamentablemente, no hay otra forma. Hace años, todas las mañanas pasaban los barrenderos. Hoy brillan por su ausencia.  Tampoco se ve que pase la barredora a la madrugada.

La ciudad debe preservar su higiene por dos razones: salud de la población y  estética.  Ya que no hay cosas lindas, por lo menos que esté todo limpio. Pero la verdad es que Rafaela se está alejando acelerada y peligrosamente de los parámetros de limpieza en la vía pública.

 Una recorrida con conciencia del centro de la ciudad un domingo a la mañana devuelve imágenes de abandono y suciedad por doquier. Pero lo peor, es que sabemos que todo eso es alimento de alimañas y fuente potencial de enfermedades para los habitantes.

Si el Estado Municipal cobra una tasa por Alumbrado, Barrido y Limpieza, debe realizar la prestación.  Y, además, debe controlar que todos los propietarios mantengan sus edificios (que incluyen las veredas) en condiciones.  

#RafaelaSucia no debe ser una realidad, debe ser un objetivo a destruir. Porque supimos ser mejores.  Y tenemos el deber de volver a brillar como ciudad y garantizar la salud de sus habitantes y visitantes.