Un debate chato en donde faltaron las propuestas y las ideas



Finalmente y luego de mucha desprolijidad que le quito seriedad al acontecimiento, se llevó a cabo el debate de los candidatos a Intendente de Rafaela que el próximo domingo competirán por el sillón de Jiménez, luego de unas elecciones PASO en donde el triunfo de Leonardo Viotti sorprendió a propios y a extraños y obligó al oficialismo a redoblar esfuerzos para tratar de revertir esos resultados.
Luis Castellano, Leonardo Viotti, Mónica Schmutzler y Lalo Bonino concurrieron al Centro Comercial e Industrial de Rafaela y la Región (CCIRR) lugar en donde se llevó a cabo el debate con la organización de la gremial empresaria, la Sociedad Rural de Rafaela y el Círculo de la Prensa de Rafaela.
Si tendríamos que dar un puntaje de la organización podríamos ponerle un seis para ser generosos. Fallas en el sonido, un lugar pequeño y la imposibilidad que los periodistas tengamos un rol mucho más relevante, fueron algunas de las fallas de este debate que como dijimos anteriormente se organizó en forma desprolija.
Si el aplausometro pudiera servir de algo, estaríamos en condiciones de decir que Luis Castellano fue el más beneficiado, pero no podemos guiarnos por ese detalle que por diversos aspectos se puede considerar parcial.
Lógicamente que toda la atención se centró en los candidatos Luis Castellano y Leonardo Viotti, quienes no solo que acapararon la atención excluyente de los concurrentes, sino que si se puede hablar de ganadores, ellos dos se despegaron rápidamente de los otros dos candidatos, que inclusive estaban como fuera de contexto sin entender ninguno de los dos bien que hacían en ese lugar.
Una de las cosas a destacar es el reconocimiento de Leonardo Viotti sobre algunos actos de gobierno de Luis Castellano, demostrando una madurez que la sociedad pide de la clase política en tiempos en donde la grieta es una moneda corriente que todo lo divide.
Pasó el debate, pasó una oportunidad única y fundamental en el sistema democrático y republicano,faltaron propuestas e ideas, sobro la desprolijidad.
La sociedad rafaelina se merece tener un debate en serio, bien organizado y con reglas de juego claras. Hoy, y viendo el lado positivo, se lo puede tomar como un banco de prueba para una próxima oportunidad.
