Guillermo Francos, Sergio Massa y el Club del Helicóptero: ¿la venganza del Pichichi?

OPINIÓN 04/07/2024 Juan Rezzano*
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Horas después de que quien escribe estas líneas se preguntara a quién le importa Sergio Massa -quién piensa en él mientras juega al suspenso sobre su eventual regreso a la escena pública- y de que analistas consultados coincidieran en que al menos el electorado no, apareció la respuesta: Massa le importa al Gobierno. Al menos, a Guillermo Francos, que lo elevó al rango de Gran Conspirador.

¿Será que habrá que cantarle Piedra Libre a Daniel Scioli, amigo íntimo del jefe de Gabinete y enemigo igual de íntimo del ex candidato presidencial de Unión por la Patria? ¿Será que el Pichichi ha decidido comerse ahora el plato frío de la venganza por los sapos que el peronismo upeísta le hizo comer durante los últimos dos años del gobierno del Frente de Todos?

En una entrevista que le concedió a Luis Novaresio en La Nación+, Francos sindicó a Massa, que se mantiene en las sombras desde que Javier Milei asumió la presidencia, como el director técnico del Club del Helicóptero, había adelantado en la tarde de este miércoles Romina Manguel en Radio con Vos.

Concretamente, el jefe de Gabinete, debidamente inducido por Novaresio, acusó a Massa de “hacer el mantenimiento del helicóptero” y de “trabajar para generar inestabilidad en el Gobierno”.

¿Quién le calentó las orejas para lanzar semejante acusación?

El clásico Daniel Scioli versus Sergio Massa

El secretario de Turismo y Deportes y el ex ministro de Economía vienen sacándose chispas desde 2015, cuando se enfrentaron en las elecciones presidenciales de ese año, uno con la boleta del kirchnerista Frente para la Victoria y el otro, con la del entonces antikirchnerista Frente Renovador. Las heridas nunca cicatrizaron, hasta que en 2022 volvieron a sangrar como manantiales.

Ese y 2023 fueron años muy amargos, ácidos para Scioli por la dieta a base de sapos que le impuso el peronismo reunido en el Frente de Todos.

Sapo 1.- En junio de 2022, Scioli dejó la embajada en Brasilia y volvió al país a cubrir la vacante abierta por la salida tumultuosa de Matías Kulfas del Ministerio de Desarrollo Productivo. El Pichichi se entusiasmó con salir de gira por el país para cocinar la candidatura presidencial con la que jugaría la revancha de la derrota de 2015: un punto y medio de diferencia en el mano a mano con Mauricio Macri lo había dejado con sus convicciones en la puerta de la Casa Rosada.

Sin embargo, un mes más tarde, la entronización de Massa, con venia K, como superpulpo de Economía eyectó al exgobernador bonaerense de su cartera-búnker y lo devolvió de regreso a Brasil. Hubo más. En una conferencia de prensa conjunta organizada para teatralizar un traspaso del mando armonioso, el nuevo dueño de la botonera sodomizó al caído en desgracia: le dio beso y abrazo de oso y lo dejó hablando solo sin nada que decir.

Sapo 2.- El 23 de junio de 2023, a 24 horas del cierre del plazo para la presentación de las precandidaturas presidenciales, Scioli metió violín en bolsa, bajó la postulación que, a contramano de las expectativas del oficialismo todista, había lanzado para disputar la boleta de la coalición y vio cómo Massa se la quedaba sin pelear en las urnas.

Sapo 3.- Unos días después, el 2 de julio, la mímica de la unidad le impuso otra humillación al paladín de la fe y la esperanza: el Gobierno anunció que asumía el rol de asesor de Massa en el Ministerio de Economía. Otra vez foto, beso y abrazo de oso.

En un año, Scioli acumuló en su organismo más veneno que una taipán del interior, la serpiente más ponzoñosa del mundo.

Bajo el argumento oficial de su vocación de servicio a prueba de ideologías, la decisión de sumarse al gabinete de Milei y militar el gobierno de ultraderecha fue el primer mordiscón del ex vicepresidente a la venganza que dejó enfriar durante meses, en tanto su primera celebración del "boom turístico" por obra y gracia de la liberad que avanza mereció el repudio de Malena Galmarini, socia política y de la vida de Massa y vocera del Frente Renovador en ausencia del jefe, en un tuit flamígero. "Ay, Naniel...".

Ahora su amigo y evangelizador libertario Francos sale con los tapones de punta a acusar a Massa de conspirar contra Milei. En esa foto, Scioli aparece fuera de foco. No hay pruebas de que haya jugado el papel de instigador del planchazo, pero nunca se sabe hasta dónde puede llegar un goleador al que una y otra vez le cierran el arco.

PD.- Al cierre de esta nota empezaban a llegar las respuestas: el cuñado Sebastián Galmarini decía en Twitter no saber "de dónde (Francos) saca semejante pavada", que señalaba como "la teoría conspirativa más delirante que escuché". Continuará...

 

 

* Para www.letrap.com.ar

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