El tema de los "trapitos" es otra de las pesadas herencias que Luis Castellano le dejó a Leonardo Viotti, no por ello el actual intendente está exonerado de brindarle a los vecinos una solución.
Nadie quiere que el intendente los erradique definitivamente, la presencia de ellos es la consecuencia de un país destruido por los diferentes gobiernos populistas que se sucedieron en Argentina desde 1983. Los "trapitos" son sinónimo de pobreza y falta de oportunidades laborales. Pero este contexto no debe ser excusa para no hacer nada, para no intentar organizar la presencia en un número exagerado como la que hoy se registra en Rafaela.
Rafaela no es la única ciudad que tiene "trapitos", pero seguramente debe ya tener el récord en cuanto a la cantidad por habitante que hay, y más aún, el porcentaje que en tan solo un año se incrementó la presencia en las calles de la ciudad.
Los comerciantes a los que consultamos, principalmente los del Bv. Santa Fe, nos manifestaron que sus clientes les dicen que de noche se torna imposible observar las vidrieras de sus negocios, y algunos ya claudicaron en armar una vidriera destacada. Justamente es de noche en donde más inconvenientes ocasionan, en algunos casos el alcohol y alguna otra sustancia los tornan violentos y peligrosos.
No queremos generalizar de ninguna manera, hay quienes realmente prestan un servicio y son apreciados por los vecinos del centro, pero si desde la Municipalidad no se ponen a trabajar en serio, en muy poco tiempo el tema se le va a desmadrar al intendente.
Hay que copiar como otras ciudades encontraron una solución y no tener miedo de abordar un tema por demás sensible. No es poniendo la basura debajo de la alfombra como se solucionan los problemas. La problemática de los trapitos y lava-coches debe ser abordada con seriedad y responsabilidad, no pensar en conveniencias políticas y personales y si en el beneficio de todos los vecinos.
La problemática de los "trapitos" es otra de las grandes deudas que a un año de haber asumido, el Intendente Viotti tiene con los vecinos, ojalá entienda que la solución de los problemas es abordar los mismos, no esconder la cabeza y mirar para otro lado o tapar la realidad "vendiendo humo". Rafaela merece encontrar una solución a la problemática de los "trapitos", de Viotti depende, pero debe saber que es su obligación.