Un Lorenzetti más papista que el papa quiere apurar como nunca la causa que inhabilitaría a Cristina de por vida

El juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, ha sido objeto de muchas críticas y controversias a lo largo de su carrera, siendo uno de los magistrados con más denuncias en la historia de la institución. A pesar de este panorama complicado, Lorenzetti parece decidido a que la Corte tome una decisión sobre la situación legal de la ex presidentA Cristina Fernández de Kirchner antes de las inminentes elecciones. Esta circunstancia ha avivado especulaciones sobre una posible animosidad entre ambos, en un contexto político ya tenso.

Recientemente, un memorando interno firmado por Lorenzetti fue dirigido a sus colegas Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, en el que solicita que se rechace la recusación presentada por Kirchner. En él, el magistrado sostiene que su imparcialidad no está en entredicho y menciona un reportaje reciente en el que participó, argumentando que este material prueba su neutralidad e independencia en el juicio. Lorenzetti además subraya que las notas aparecidas el año anterior, que han sido criticadas por Kirchner, deberían considerarse irrelevantes para el proceso.
La exvicepresidenta, por su parte, busca evitar que Lorenzetti forme parte del análisis de su recurso de queja, argumentando que las decisiones que este pudiera tomar están motivadas por un deseo de descalificarla políticamente antes de las elecciones legislativas.

 En una entrevista con el periodista Luis Novaresio, Lorenzetti expresó su intención de impulsar un tratamiento expedito del caso, lo que podría tener un impacto significativo en la elegibilidad de Kirchner para ocupar cargos públicos en el futuro.

El abogado de Kirchner, Carlos Beraldi, refuerza esta visión al señalar la vulnerabilidad de Lorenzetti ante las presiones del entorno político. Recordó las declaraciones del presidente Javier Milei, que han insinuado que Kirchner "va a ir presa", lo que añade una capa de complicación al escenario judicial. También destacó el conflicto interno de Lorenzetti con sus pares, señalando que en varias ocasiones ha expresado desacuerdo con sus decisiones a través de votos disidentes, lo que pone de manifiesto una falta de cohesión en la Corte.

Es fundamental entender que la Corte Suprema se enfrenta a un momento crucial, ya que debe resolver la recusación planteada por Kirchner antes de continuar con los recursos relativos a su condena por administración fraudulenta. Esta condena conlleva una potencial pena de seis años de prisión y la inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos, creando así un ambiente de incertidumbre no solo para Kirchner, sino para el ámbito político en general, a medida que se acercan las elecciones. En consecuencia, este caso no solo se centra en cuestiones legales, sino que se entrelaza con las dinámicas políticas y las percepciones públicas, lo que complica aún más la situación para todos los involucrados.