Santa Fe estrena su “votación 4.0” en la reforma constitucional

NUEVA CONSTITUCIÓN DE SANTA FE Agencia de Noticias del Interior
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  • La Convención Reformadora de Santa Fe se desarrolla desde julio en el histórico Palacio Legislativo, combinando tradición y tecnología.
  • Se implementó un sistema digital de votación para los 69 convencionales, diseñado íntegramente por el equipo técnico del Senado en seis días.
  • El sistema reemplaza las botoneras cableadas por dispositivos móviles con autenticación ID Ciudadana, funcionando como “kioscos” sin acceso a otras funciones.
  • La red WiFi es privada, desacoplada de Internet, y el software fue desarrollado por un equipo local de ocho especialistas.
  • Funciones futuras incluyen pedido de palabra y resaltado automático del texto de los proyectos mediante inteligencia artificial.
  • La votación puede ser con tiempo limitado o indefinido; se contemplan afirmativo, negativo y, eventualmente, abstención.
  • En caso de fallos técnicos, se puede reiniciar la votación; cada sesión generará un acta digital firmada electrónicamente y registrada en blockchain.
  • Casabianca destacó que es un desarrollo santafesino, adaptado a las necesidades del Poder Legislativo; el equipo completo incluye nueve profesionales.
  • La tecnología mantiene la solemnidad del debate, mejora la transparencia y rapidez del proceso, y permite registrar los votos de manera segura.
  • Santa Fe estrena así un sistema innovador: la Constitución se debate con las reglas tradicionales, pero se vota con herramientas del siglo XXI.

En el histórico edificio legislativo de Santa Fe, los pasillos respiran un aire distinto. Desde mediados de julio, la Convención Reformadora que debate la nueva Constitución provincial alteró la rutina del Palacio Legislativo —inaugurado hace un siglo— con un despliegue que combina tradición institucional y tecnología de última generación.

Uno de los cambios más notables no está en el articulado que se discute, sino en la forma en que se lo vota. El recinto de la Cámara de Diputados, adaptado para recibir a los 69 convencionales, fue equipado con un sistema digital de votación diseñado íntegramente por el equipo técnico de la Cámara de Senadores. Un desarrollo local que, según sus responsables, se concibió y ejecutó en tiempo récord: apenas seis días.

El ingeniero Juan Pablo Casabianca, director de sistemas del Senado y líder del proyecto, detalla que el desafío llegó a través de la presidencia de la Convención y del secretario administrativo Diego Maciel: había que montar una plataforma de votación digital con recursos propios y adaptada a un recinto pensado originalmente para 50 bancas. La solución fue transformar un proyecto en desarrollo para el Senado en un sistema operativo para casi 70 usuarios simultáneos.

Del cable al WiFi

El cambio no es menor. El sistema tradicional funcionaba con botoneras cableadas y sensores en cada banca; ahora, cada convencional recibe un dispositivo móvil autenticado con su ID Ciudadana de la provincia. La aplicación, desarrollada sobre Android, convierte el teléfono en un “kiosco” cerrado, sin posibilidad de acceder a otras funciones.

“Generamos una red WiFi desacoplada de todas las redes de la Cámara. No tiene acceso a Internet y sólo conecta los dispositivos autorizados. Buscamos máxima seguridad y estabilidad”, explica Casabianca. El hardware provino de la Cámara de Diputados y de la Secretaría de Tecnología, que facilitó los teléfonos inteligentes, mientras que el software fue obra del equipo de ocho especialistas en desarrollo e infraestructura.

El sistema no se limita a registrar votos. Entre sus futuras funciones, se incluye el pedido de palabra y la posibilidad de que, mientras se lee un proyecto en el recinto, el texto se despliegue y resalte en la pantalla del dispositivo, gracias a un módulo en desarrollo vinculado con inteligencia artificial.

Cómo funciona la votación digital

La operativa es sencilla pero rigurosa. Los dispositivos se acoplan a las bancas mediante carcasas diseñadas para no alterar la estética del recinto. La votación puede realizarse en dos modalidades: con tiempo (a partir de 15 segundos, ampliables) o sin límite, en cuyo caso la sesión se cierra manualmente a pedido de las autoridades.

Los convencionales tienen dos opciones: afirmativo o negativo. Si alguien no vota antes del cierre, el presidente de la Convención le consulta a viva voz y el voto se registra a mano alzada. La abstención, por ahora, requiere una moción previa, aunque se trabaja para incorporarla como botón junto a las demás opciones.

En caso de inconvenientes técnicos, el operador puede reiniciar la votación. Y al finalizar cada sesión, el sistema generará un acta digital firmada electrónicamente por los secretarios y registrada en una plataforma segura basada en tecnología blockchain, para luego publicarse en el sitio oficial de la Convención.

Un desarrollo santafesino

Casabianca subraya el carácter local de la iniciativa: “Es un desarrollo puramente santafesino, hecho por un equipo que conoce el funcionamiento interno del Poder Legislativo y sus necesidades específicas”. El grupo de trabajo lo completan Gabriel Rossi, Martín Ibañez Weller, María Sol Tomatis, Andrés Mathurin, José Brigada, Flavio Romitti, Leandro Tricarique, Cristian Bolcatto y Giovani Ferraro Trivelli.

La modernización tecnológica no altera la solemnidad de los debates, pero sí redefine la dinámica. En un proceso tan sensible como la reforma constitucional, donde cada voto cuenta, la implementación de un sistema rápido, seguro y transparente es también una señal política: la voluntad de abrir las puertas del Palacio no sólo a la ciudadanía, sino también a la innovación.

Santa Fe se prepara así para un capítulo inédito en su historia institucional: una Carta Magna debatida con las reglas de siempre, pero votada con herramientas del siglo XXI.

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