Luego de un mes de silencio, Máximo Kirchner apareció en escena con actos partidarios y aprovechó para responder a Axel Kicillof y mandar mensajes para su madre. Su aparición exacta fue el 13 de septiembre, 31 días después de las PASO, en una reunión del Consejo PJ Bonaerense en La Plata. Al salir de allí le preguntaron por la frase de Kicillof sobre “componer nueva música y no una que sepamos todos”, a lo que Kirchner hijo prefirió esquivar con una ironía. “Yo no soy músico, soy dirigente”, dijo. Quien aportó más claridad sobre lo que piensan en La Cámpora sobre los dichos del gobernador bonaerense fue la intendenta de Quilmes Mayra Mendoza, que en una entrevista con Infobae, acusó a Kicillof de tener una estrategia personalista y lo ejemplificó con una canción del Indio Solari cuya letra dice: “Juegan a “primero yo”, y después a ‘también yo’”. Y luego agregó: “Hay que construir lo que viene, pero no es dejando de lado nada de lo que nos hizo llegar hasta acá. Hay que ser respetuoso siempre, con mucho cuidado, de lo que se dice”. Las palabras de Mendoza se puede interpretar como reflexiones del propio Máximo Kirchner, que siempre tuvo una la- tente tensión con Kicillof.
En los días posteriores, el hijo de Cristina se reunió con sindicalistas, visitó La Matanza, donde visitó la sede la UOM y también Exaltación de la Cruz, donde lo recibió el secretario general de Fatica (Federación Argentina de Trabajadores de la Industria del Cuero y Afines). En este último acto hizo una jugada un tanto llamativa: utilizó a una señora que le estaba diciendo al oído que quería ver a Cristina. “¿Vos la querés escuchar a Cristina? pedíselo ahí a la cámara”, le dijo Máximo y cerró la escena mirando él a cámara con la frase “va a tener que hablar, compañera”. En la campaña pre PASO, Máximo había hecho un comentario similar en un acto en Hurlingham.
Otra tesis es que Máximo hizo ese mini operativo clamor para adelantarse a la reaparición pública de Cristina Kirchner, el sábado 23, en la presentación de la reedición de un libro de conversaciones entre Néstor Kirchner y Torcuato Di Tella llamado “Después del derrumbe” que salió en las vísperas de las elecciones de 2003.
El acto que se hizo en la UMET, tierra del sindicalista Víctor Santa María, contó con la conducción del influencer Pedro Rosemblat, militante del kirchnerismo y casi candidato a jefe de Gobierno porteño, impulsado por Máximo Kirchner. Para Cristina Kirchner fue un combo ideal para retomar la conversación pública: un entorno amigable, un libro que surge como idea luego de la crisis del 2001 y la conducción de un millennial para poder llegar a un público joven que solo sabe del 2001 por los libros de historia.
La idea original de aquel libro fue de Fernando “El Chino” Navarro, dirigente del Movimiento Evita y actual funcionario del Gobierno. Navarro no estuvo invitado y por lo tanto, no fue al evento. Lo llamativo es que CFK dijo que “en política los agravios duran solo seis meses”. En el caso de Navarro, el enojo estaría durando un poco más.
Otro que no irá al acto es Sergio Massa. En este caso por cuestiones de campaña. Ya tenía previsto ir a Santiago del Estero y Salta, por lo que ya avisó que faltaba. Massa está en una relación ambigua con La Cámpora. Los apartó de la mesa chica del búnker de campaña, pero al mismo tiempo los está acompañando en actos en los distritos donde Cristina Kirchner tiene mayor interés. El sábado 17, se produjo un acto en Hurlingham, donde Sergio Massa anunció un bono de 15 mil pesos por tres meses para jubilados y pensiona dos. El acto se hizo en un municipio que es pretendido por el kirchnerismo y fue monopolizado por dirigentes de La Cámpora que escoltaron al candidato presidencial. Con la excusa de que era un anuncio para jubilados, en el escenario estuvieron la directora del PAMI Luana Volnovich y su pareja Martín Rodríguez que es el No 2 del mismo organismo. Sumado a ellos estuvo Damián Selci, el candidato de La Cámpora para la intendencia que venció a “Juanchi” Zabaleta en las PASO. Zabaleta estuvo invitado al acto pero prefirió faltar. Casi no tuvo apoyo del Gobierno durante la campaña, porque el distrito se volvió importante para Cristina Kirchner cuando vio que había chances de ganarlo. Esto obligó a que Massa tuviera que poner a su gente a trabajar para Selci, entre ellos a “Juanjo” Álvarez, ex intendente local, que estuvo en diálogo en todo momento con CFK.
Para la vicepresidenta hay tres distritos clave en esta elección, más allá de la provincia de Buenos Aires: Hurlingham; Lanús, donde compite Julián Álvarez, su ex secretario de Justicia y Quilmes, donde reelige Mayra Mendoza. Esta elección tiene un grado más de importancia, porque es una gestión en curso. De ganar Mayra, será una revalidación. El jueves 21 Massa fue hasta Quilmes para inaugurar un parque en la ribera, donde estuvo con la intendenta Mendoza. La inauguración de la obra pública entró en su etapa final, el último día es el 26 de septiembre, en el que inaugurarán la megaobra del Sistema Riachuelo de AySA.
Allí estará Sergio Massa, con Alberto Fernández y se espera que también esté Cristina Kirchner, porque la obra empezó durante su gobierno. ¿Se perderá ese acto? Lo definirá en los próximos días, en los que aumentará su presencia en la campaña. Al fin y al cabo se terminará cumpliendo con el pedido de su hijo para que “la compañera”, como le dice él, esté más presente. Habrá que ver si es beneficioso o contraproducente respecto de los deseos presidenciales de Massa.
* Para www.perfil.com