Un encuentro para la foto, de seguridad poco y nada entienden: "Venden humo"

RAFAELA R24N
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La reunión del foro de seguridad, como era de esperar, no dejó nada positivo. Este evento reunió a un grupo de funcionarios y representantes de distintos sectores de la sociedad que, lamentablemente, no poseen el conocimiento y la experiencia necesarios en temas de seguridad. En lugar de buscar soluciones efectivas, muchos de ellos parecían más preocupados por la imagen que proyectaban en este encuentro, ansiosos por la foto que les asegurara una apariencia de proactividad ante los ciudadanos. Sin embargo, a la hora de abordar el problema real de la inseguridad, sus intervenciones mostraron un notable vacío conceptual y una falta de estrategia.

Rafaela, una ciudad que solía sentirse tranquila y acogedora, está sufriendo una transformación alarmante. La inseguridad se ha convertido en un tema recurrente en las conversaciones diarias, haciendo que los habitantes vivan con una sensación de vulnerabilidad que no deberían tener que soportar. Cada día, los noticieros reportan nuevos incidentes delictivos, y la cruel realidad es que esta situación no solo se ha vuelto habitual, sino que también ha comenzado a ser aceptada con resignación. Lo que alguna vez fue una cuestión que indignaba a la comunidad se ha vuelto un aspecto normalizado de la vida diaria.

Este fenómeno de naturalización de la inseguridad es particularmente preocupante. Refleja un estado de descomposición social en el que los ciudadanos han perdido la fe en las instituciones que deberían protegerlos. La idea de que los representantes están trabajando para mejorar las condiciones de seguridad se ha desvanecido. La apatía parece haber ganado terreno, y con ella, la sensación de que nada cambiará a menos que se tomen decisiones audaces y se dé un paso hacia adelante para enfrentar el problema de frente.

Es urgente que en lugar de permitir que estas situaciones continúen sin respuesta, tanto la ciudadanía como los líderes comunitarios se movilicen para exigir acciones concretas. Esto implica no solo la necesidad de convocar a expertos en criminología y seguridad pública, sino también de crear programas de prevención que involucren a la comunidad en su totalidad. Es fundamental contar con personas entendidas y capaces que no solo hablen del problema, sino que ofrezcan soluciones prácticas y viables, diseñadas a medida para la realidad que se vive en Rafaela.
Es tiempo de trascender las meriendas de palabras vacías y las promesas incumplidas.

La comunidad debe exigir transparencia y resultados medibles. La sensación de inseguridad no es un mero capricho ni una moda pasajera; es un asunto serio que afecta la calidad de vida de todos. Urge un llamado colectivo a la acción, donde los ciudadanos asuman un papel proactivo en la construcción de un entorno más seguro, apoyando iniciativas que incorporen voces expertas y propongan medidas efectivas. La seguridad, después de todo, no debe ser un lujo, sino un derecho fundamental de cada ciudadano.

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